La pesadilla

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Perdón por todas las faltas de ortografía, no he tenido tiempo para corregirlo pero os juro que iré poco a poco arreglándolo, y bueno os dejo esto para que os entretengais un poco <3



Paso un rato y no me di cuenta de que seguía abrazada a él, hasta que un policía salió de la casa y por su cara vi que algo no iba bien

—¿Qué ha pasado?—tuve que preguntarle, no podía aguantar ni un minuto más sin saber que le había pasado a Emily.
Si le llegara a pasar algo nunca me lo perdonaría, había sido culpa mía por no haber estado con ella en la fiesta. Ella había sido mi amiga desde que éramos pequeñas y era lo único que me quedaba, ya que mis padres estaban en otra ciudad y apenas tenía relación con ellos.
Mis padres estuvieron avisándome de que me alejara de Noah porque sabían que no era un chico que fuera a estar siempre para mi, y después de lo que pasó no quisieron hablar más conmigo, en breves palabras, no querían saber nada de mí porque no les hice caso y como pasó me la pagaron asi. Pero ya me había acostumbrado a no hablar con ellos, Emily fue la que me apoyó en todo momento y no podría pasarle nada, no ahora.

En ese mismo momento salió uno de los policías y otra persona que no podía creerme que estuviera ahí.

—¡NAYA!—Escuche decir a mi amiga desde la puerta de la entrada.
No podía moverme, me había quedado inmóvil.
Era ella, Emily estaba andando hacia mi siendo sujetada por un policía.

—¡Naya estás aquí!, te he echado mucho de menos, ven aquí.—y en ese momento Emily se lanzó a mis brazos dándome un gran abrazo, sentir esa piel otra vez sobre mi me hizo reaccionar devolviéndole el abrazo.

—Em-emily.

—Naya, mi vida, ya estoy aquí, ya ha acabado todo.—Esas palabras me hicieron pensar un poco.
Si ella estaba sana y salva...¿por qué el policía que vi salir de la casa estaba tan...tan triste?.

Y en ese momento Emily pareció leerme la mente.

—El imbécil que me secuestró...es el hijo de ese policía—dijo señalando al policía de la cara triste.

—Oh mierda—Maldecí en voz baja. Pero por lo que pude ver Emily no había terminado de hablar.

—El-el...se ha suicidado.

No, no podía ser.
¿El gilipollas que se había llevado a mi amiga se había suicidado para no pagar el pato?

—Cuando escuchó que policías entraban en la casa...el fue a la cocina y...y cogió un cuchillo.—Sus palabras me dejaron helada--Y ya sabrás lo demás.
Por favor, vámonos de aquí.

—Vámonos.

Por un momento me olvidé de que Marcel estaba con nosotras pero cuando vio a Emily saltó a abrazarla.

—Me alegro de que estés bien.

Emily le devolvió una sonrisa de boca cerrada.

Sabía que vendrían las preguntas sobre Marcel pero ambas sabíamos que no era el mejor momento, así que se las guardó para otro día.

𝗠𝗮𝗿𝗰𝗲𝗹

Era el día siguiente y mi cabeza iba a explotar.
Y no era de una resaca no, era de el lío que hubo ayer con la amiga de mi.. de Naya.

Sentirla ayer en mis brazos me hizo sentir que en el poco tiempo que llevaba conociéndola me había llamado mucho la atención.

Yo no era de los que estaban una noche con una y a la mañana siguiente me iba corriendo o las echaba de mi casa, no, yo siempre había querido tener una relación seria pero nunca había conocido a la persona correcta.

Unidos por malas situaciones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora