cuatro

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-Padre yo...-

-¿Me pueden dejar solo con Isabella?-

-Claro, ya nos ibamos- respondió Barbie para luego susurrarme "Suerte, te quiero".

Salieron y el lugar vacio que dejo Bar en la silla fue ocupado por mi padre.

-Yo...lo siento, de verdad, no quise hacerlo y de pronto todo era fuego y...-

-Podrias haber muerto asfixiada, Bella- su cara de procupacion era notable

-Lo se pero estoy bien- sonrei para calmar el ambiente

El nego con la cabeza y se levanto de la silla de golpe pasando una mano por su cabello, estaba furioso.

-Todo lo progresado lo has tirado a la basura, años hemos tenido que esperar para que la empresa llegara a este punto y tu la incendias-

Baje la cabeza. El siempre era asi, tenia que hacerme sentir mal de alguna manera.

-No lo hice con intencion- susurre

-¡Solo te pedi que fueras a ver si estaba todo en orden! ¿No podias hacer eso Jenna?-

-¡No me llames asi!- grite. Mis lagrimas brotaban.

-Esto no se va a quedar asi Isabella, muchos problemas me has traido y esto será lo ultimo- termino diciendo para luego azotar la puerta e irse.

Coloque mis manos en mi cara. Todo lo que me dijo me resabala, lo unico que retumba en mi mente es su nombre. Me prometi, me prometi ser fuerte ante todo, pero no puedo con tan solo pensar en ello la tristeza me invade pero la furia abarca mas que nada y me da impulso a hacer cualquier locura.

Limpie mis lagrimas con las mismas mangas de la bata y me levante. Nadie me habia traido ropa asi que ire por las malas. Asome la cabeza hacia afuera y verifique que no hubiera nadie, sali y camine con sumo cuidado de que nadie me viera. Llegue a una puerta que decia "Solo personal" entre y estaba el de ordenanza.

-Dices algo y te saco los pocos dientes que te quedan- lo amenaze, a lo que el solo asintió.

Me acerque a unos armarios que se encontraban por ahi, al abrirlos encontre varios conjuntos de ropa, saque uno y me meti al baño. Me cambie rapidamente y sali, no sin antes hacerle una seña al anciando de que no diga nada.

Estaba oscureciendo y nadie se habia dado cuenta de mi fuga, creo que deberia dar clases de esto. 

En este momento me quiero olvidar de todo, de mi padre, de ella, de mis problemas, de mi vida. ¿Qué mejor que el alcohol para eso? Otras hubiesen preferido encerrarse en su casa, comprar un pote de helado de chocolate y pasar lo que resta del dia viendo peliculas de amor. Claro, yo no soy de esas, me gustaría serlo pero no estoy como para gastar lagrimas en unas jodidas peliculas.

Llame a un taxi con la mano y al parar me subi, le indique en donde quedaba el lugar y me dispuse a esperar, llegamos y le dije que buscara su dinero en la casa de los Scateni. El señor obedeció, todos lo hacen al escuchar mi apellido, idiotas.

Entre al mas famoso bar de Emilia Romagna, me sente en uno de los acientos de la barra y espere a que el barman me atienda. 

-Bella, hace mucho que no te veia por aca-

-Dame lo mas fuerte que tengas- pedi

-Enseguida- y a los pocos segundos ya tenia un mini vaso con una bebida roja a mi disposicion.

-Que ni se te ocurra tomar eso- senti que dijeron en mi oido

Gire mi cabeza y me encontre con quien menos queria ver esta noche.

QueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora