Kokushibo, un joven con una vida normal y aburrida, recibe la noticia de que deberá acoger a su hermano en su casa hasta que cumpla la mayoría de edad,
hermano al que no se le a permitido conocer, gracias a una desgracia que arrasó con su familia mu...
Casi termina la semana que me dio la asistente, y ¿Cómo está mi casa? sigue siendo un asco, lo único que pude arreglar en ese tiempo fueron mis recibos, no pude ahorrar nada, tampoco hice espacio para un cuarto o algo para mi hermano, ni siquiera despeje el sillón o algo, hay basura por todos lados y no tengo comida en el refrigerador o la alacena, o al menos no saludable, además de que tengo que ir yo a recogerlo al horfanato y está LEGISIMOS, por lo que nesesitaria ir en auto y ¿Qué creen? No tengo auto... aunque ...
mmm...
No, no no no!
No!...
Esa es una herramienta de último recurso, por ahora a lo mejor me las ingenio con algo, además tengo problemas más grandes, cómo la limpieza y el papeleo.
Ya faltan muy pocos días para la llegada de mi hermano a su nueva vida en este infierno llamado ciudad, un lugar lleno de gente estúpida y competitiva que hará lo que sea para joder a los demás, y lamentablemente, yo no puedo protegerlo de eso.
Pero bueno, esperemos que el poco tiempo que tengo me alcanza para limpiar.
Bueno a llegado el día en el que comienza mi condena, pero antes de ir a recoger a mi hermano de su mini prisión, debo humillarme una última vez.
Bueno, recuerdan ese último recurso que tenía planeado para está emergencia por si no conseguía un auto, bueno, ese recurso se trata del auto de mi jefe, sip! así de suicida, pero bueno, el que no arriesga, no gana gente.
Muzan: Claro que no! no te voy a prestar mi auto para algo que no esté relacionado con el trabajo!
Kokushibo: Señor... por favor, se lo pido, es para un asunto de mi familia, le juro que no le pasará nada...
Muzan: para tu familia eh? según recuerdo me dijiste que no tenías ningún pariente que te importará, y ahora casualmente necesitas mi auto para algo de tu familia? a mí se me hace que te vas a ir a ver putas o no se, pero en mi carro no, a menos que me digas que carajo quieres hacer con el.
Kokushibo: Señor, mire, necesito este favor para poder volver a ver a mi único hermano, porque si no voy a recogerlo no me dan su custodia.
Muzan: bueno está bien, pero no quiero ni un solo rasguño, y lo pasas a lavar con Don Julian.
Kokushibo: Si señor, muchas gracias enserio.
Muzan: si, si ya a la chingada, ya vete, tómate el día para tu chingadera.
Ya llevábamos una eternidad en medio de la nada por qué ni ella sabía dónde chigados era, por qué pera mi sorpresa no era la misma que me vino a sermonear el otro día. Bueno luego de que estuvieramos como una hora dando vueltas con el coche, por fin llegamos a un ranchito tipo la mentira de todo padre de la granja de mariposas...
Jsjsjajsk, a mi hermano se lo llevaron a una granja de mariposas no manches jajvadjsbs, bueno...
Cof, cof,
amm eso, el ranchito, algo grande la verdad.
Estacione el auto al lado del camino de tierra y fui a una tipo recepción que había, sinceramente era el horfanato más bonito que me hubiera imaginado, sus paredes eran de un color amarillo bastante vivo, con ventanas y plantas y flores que decoraban la recepción, algo muy bonito gente.
Después de un rato de espera llegó la asistente regañona con unas maletas y justo detrás, la persona que pronto haría que mi vida fuese un infierno, mi hermano.
Yoriichi Tsuguikuni.
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