Parte 18

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hola! les traje otro cap, algo cortito pero es para que me aguanten mientras hago el proximo jeje


Capítulo 18

Fer despertó con la respiración agitada y la frente bañada de sudor. Permaneció quita mientras recuperaba el aliento y su cabeza dejaba de dar vueltas. No solía despertarse por las noches porque su sueño era profundo, pero esta vez había sucedido algo anormal. Algo que había sido tan intenso como para hacer que abriera los ojos en mitad de la oscuridad.

Tomó el control del aire acondicionado e hizo malabares con él antes de encontrar el botón de encendido y ponerlo en marcha. Las caricias del aire frío la relajaron lentamente.

Había tenido un sueño bastante erótico en el que se revolcaba con Ángela en un delicioso encuentro sexual. Sonrió mientras las últimas imágenes se desvanecían en su cabeza: un sesenta y nueve de ladito, cada una metida entre las piernas de la otra y pegada a su coño como si fuera la última comida del día. El sueño había sido muy real y hasta podía sentir el sabor dulce-salado de ese delicioso néctar empapando la vagina de la chica. Para Fernanda, el sexo oral era la mejor parte del encuentro y prefería darlo que recibirlo.

Se sentó en el borde del colchón y encendió la lamparita de mesa. Se rozó el clítoris con los dedos y encontró una traviesa humedad en sus zonas íntimas. Rió al tiempo que estiraba los brazos y consultaba el reloj de la pared.

—La una de la madrugada —dijo tras un bostezo.

Flexionó las piernas y se puso unos shorts y las pantuflas. Salió de su cuarto en dirección a la cocina para servirse un generoso vaso de agua fría y tratar de bajar su temperatura corporal.

Mariel estaba despierta, tecleando rápidamente en su laptop.

—¿Qué haces a esta hora?

—Un estúpido informe que me acaban de pedir en el trabajo.

—Ah —bostezó Fernanda—. ¿Y eso otro?

Al lado de Mariel había una bola de estambre negro, un libro de manualidades y agujas para tejer.

—Ah, eso. Estaba haciéndole un gorro a Lorena.

—¿Un gorro? —Fernanda se sirvió la deliciosa agua y la apuró de un solo trago. Luego, se sentó en la mesa y ojeó el libro de manualidades—. ¿Sucede algo serio contigo y Lore?

—Uhm... —la pelirroja paró de teclear—. Digamos que no me la puedo quitar de la cabeza.

—¿Cogieron?

—Nop —dejó a un lado la computadora y bebió de la tacita de té que tenía al lado—. Lo intentamos. Es decir... el tema salió a flote.

—¿Y qué pasó?

—Preferimos ver una película.

—¿Una peli en vez de sexo? ¿Segura de que saliste con la Lorena correcta?

Mariel rió.

—Sí, era ella. Y no lo sé... es que... ella me gusta.

—¿En qué sentido?

—Es muy atenta conmigo y me hace... no lo sé. Hace que sienta mariposas.

—No te dejes llevar. Así es con todas las chicas.

—No es verdad —Mariel frunció las cejas—. Me jode que pienses así de ella.

—Vale, vale. Perdona por eso —Fer no quería enfadar a su compañera de cuarto. La necesitaba para pagar la renta y además, quería caerle bien a la adorable pelirroja. Cuestionar sus gustos en mujeres no ayudaría en nada—. Y si le estás tejiendo un regalo es porque piensas que puede haber algo importante entre ustedes dos ¿verdad?

—Quizá —dijo Mariel, un tanto confundida—. Puede que sólo me emocione la idea de tener relaciones con una chica y por esto estoy malinterpretando esto.

—¿Te ves en una relación amorosa con una mujer?

—Sí —encogió los hombros—. No tengo problemas en salir con una chica. Creo que si me siento amada y valorada, no importa si estoy con un hombre o una mujer.

—Vaya —suspiró Fernanda—. Eso es nuevo para mí y para Lorena.

—¿Crees que yo pueda gustarle de una forma romántica?

—Absolutamente —respondió sin titubeos—. Eres hermosa, divertida y noble de corazón. Lo que me preocupa y siempre ha sido así, es que Lorena te decepcione. Ya sabes cómo es.

—Uhm. En realidad, no me importa su pasado ni con cuantas chicas ha dormido.

—Eso es algo muy positivo de tu parte. Otras mujeres le harían dramas por eso.

Mariel aceptó el comentario con una sonrisa y continuó:

—No pierdo nada intentándolo ¿verdad? si ella me gusta y yo le gusto, podemos tener una relación bonita y saludable.

—Oh, linda —suspiró Fer con auténtico cariño y empatía hacia la pelirroja—. Vales oro. Si Lorena te rompe el corazón, de verdad voy a odiarla.

—¿Gracias?

—De nada —rió la morena—. Y yo también tengo algunos asuntos con Ángela. Está en una relación muy, muy, muy jodida con esa puta de Irma. La trata como basura. No sé qué hacer.

—Pelea por ella —dijo Mariel encogiéndose de hombros y luego la miró con seriedad—. Esa chica está en peligro, lo quiera ver o no. Hoy Irma la obliga a cenar, mañana quién sabe a qué más la pueda obligar. Es casi un deber cívico rescatar a alguien cuando su vida está en riesgo.

—No sabía que tuvieras principios así de firmes.

—Sólo porque sé lo que es tener una pareja tóxica. Una pareja que... te obligue a tener sexo anal cuando no tienes ganas.

—Auch —Fer se sonrojó por esa revelación y no supo si tomárselo con humor o no.

Por fortuna, Mariel sonrió para restarle importancia.

—Descuida. Resulta que mi culo es bastante resistente.

—¿El cabrón te obligó a hacerlo por atrás?

—Sí —bufó la muchacha—. No fue tanto culpa de él. Yo también estaba caliente, aunque el hecho de que me obligara fue una enorme, enorme bandera roja que ignoré por estúpida.

—Lamento eso, querida —tocó su mano para tranquilizarla.

—Ya, no pasa nada. Está superado. Cada día me vuelvo más fuerte y olvido esas malas experiencias. Y seguro que Ángela también superará a su novia controladora. Sólo dale tiempo y sigue con ella.

Fernanda meditó en esas palabras al tiempo que sonreía sin mirar a nadie. Luego, sintiendo empatía por su compañera, se acercó y la besó en la mejilla.

—Gracias. Necesitaba escuchar eso.

—Por nada —Mariel cerró su computadora y empezó a recoger sus materiales de tejido—. Mañana seguiré con el obsequio para Lore. Ya quiero verla con el gorrito puesto. Se acerca el frío y quiero que esté calientita.

—Si la quieres calientita, sólo arrúllala contra tus tetas.

—Oye...

—¿Qué? Dios, mira esas delicias.

—¡Cállate! —rió Mariel, cubriéndose los senos. No llevaba sujetador debajo de la blusa, así que sus pechos lucían su atractivo tamaño y redondez natural—. Son para ella.

—Ya, ya. Vamos a dormir. Mañana será otro día de pelear por nuestras chicas.

—Exacto —asintió Mariel—. Hay que luchar por ellas.

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uff qué resistente es mariel xDDDDDDDD 

[Terminado] Letras y Pasiones  [Historia Lésbica]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora