Parte 37

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hola! actualización diaria :3


Capítulo 37

—Listo. Ya están en línea —Fernanda cruzó los brazos y se relajó en el respaldo de su asiento. Le dolían los dedos por escribir y el cuello por estar en una mala postura durante la noche—. Espero que las lectoras vuelvan a llegar.

—Seguramente sí —Mariel le acarició la espalda con actitud cariñosa. Fernanda apenas se estaba recobrando y necesitaba ser tratada con cierto grado de empatía y amor—. Al fin sabré qué pasó con Samantha y su novia.

—Y yo tengo que bajar música emocionante para leer la batalla de la comandante Octavia —dijo Lorena con una mano sobre el hombro de su mejor amiga—. Gracias por continuar.

—Sí, bueno. Mis personajes merecían terminar con sus aventuras y... ¿quién mejor que yo para darles un final feliz? Aunque sólo ustedes me lean —suspiró—, deberá bastarme con eso.

Mariel y Lorena se miraron mutuamente, preocupadas por el estado emocional de su amiga. Se alegraban de que la chica hubiese decidido seguir con la escritura, pero como suele sucede con las arranques de inspiración y motivación, estos desaparecen de un momento a otro y la sensación de fracaso suele .

—Me tomaré un descanso de las historias y volveré a ver las ofertas de carrera en la universidad.

—¿Ya tienes idea de qué estudiar? —Preguntó Lorena.

—Elegiré lo que más me guste, aunque no sea mi trabajo soñado.

—Yo siempre envidié el trabajo de mi profesor de ciencias —recordó Mariel con una sonrisa de nostalgia—. Era un flojo. De repente llegaba al salón con resaca y decía "niños, hoy no hay clases. Quédense en silencio y no habrá tarea". Y le hacíamos caso.

—Suena a que no aprendiste nada sobre ciencias —opinó Lorena.

—Sólo te diré que una pendeja de cabello rojo mezcló ácido muriático con cloro mientras lavaba el baño, y casi se muere.

—¡Idiota! —Lorena le dio una nalgada como castigo—. Eso no se hace.

—Mariel —habló Fernanda, interesada por la historia del vago maestro de ciencias—. ¿Qué más hacía tu profesor? ¿Por qué lo envidiabas?

—Porque era un friki de los videojuegos y el anime; y no le importaba lo que pensaran los demás. A veces se pasaba la clase entera hablando de series con los otakus del salón mientras los demás hacíamos otras cosas. Recuerdo que una vez llegó cansado por desvelarse mirando capítulos de Naruto.

—¿Y tuvieron clase? —Preguntó Lorena.

—Nop. ¡Ah! Tuvimos una fiesta por el Día del Estudiante, y Esteban, que era el nombre de este profe, llevó su Xbox para jugar con nosotros. ¡Fue divertido! Jugamos al Guitar Hero, al Need for Speed y a un juego de luchas. También jugaron Halo entre cuatro con la pantalla dividida. Hice una apuesta para ver quién ganaba, y perdí porque...

—Tu maestro hacía lo que más le gustaba —observó Fer—. Se divertía mirando anime, jugando videojuegos y compartía esas pasiones con sus estudiantes.

—Sí. Tal vez nunca aprendí a calcular la configuración electrónica del Argón ni a balancear la ecuación para producir óxido de hierro, pero me divertí mucho en sus clases. Era ese típico profe que contaba fragmentos de su vida y siempre estaba en contra del sistema educativo; se la pasaba criticándolo. Era malo como docente, pero maravilloso cómo amigo.

Lorena hizo memoria y recordó a algunos de sus maestros.

—Tuve una profesora de matemáticas que llegaba tarde y nunca la despedían. Cómo tenía una base en el Ministerio de Educación, era prácticamente intocable.

[Terminado] Letras y Pasiones  [Historia Lésbica]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora