EL CLAN DE LA SERPIENTE.
Es casi obligatorio escuchar durante nuestra infancia una versión bastante simplificada de la leyenda de la llegada de los aztecas ("Gente venida de Aztlán") al islote del lago de Texcoco, donde encontraron un águila devorando una serpiente y sobre el que fundarían la ciudad de Tenochtitlán. Es una de las pocas historias de la mitología mesoamericana que ha sido dignificada y difundida masivamente, aunque con una tergiversación que obedece tanto a intereses religiosos como políticos; y ha tenido tal impacto que esta imagen es la que representa a la nación, ondeando como escudo en la bandera mexicana.
Resulta irónico que los aspectos más interesantes e inspiradores de muchas leyendas mesoamericanas, pero en especial de ésta, sean pasados por alto, escondidos e incluso desdeñados por la historia oficial que se nos difunde en la educación primaria. Se podría considerar incluso que la administración de la educación pública en México ha hecho una labor muy destacable en encargarse de hacer la historia y la mitología de las personas originarias de estas tierras un tema en extremo aburrido, tan aburrido que ha matado el interés de varias generaciones de ciudadanos que le prestan más atención a lo que ocurrió durante los trescientos años que duró el virreinato, ignorando por completo que existe todo un mundo tan rico y variado como la mitología griega o nórdica.
Existe una teoría muy fuerte que vincula a los nahuas venidos del mítico Aztlán con la nación Hopi, que sobrevive hasta nuestros días en el desierto de Arizona, y que está basada en los siguientes puntos:
· El idioma Hopi y el Náhuatl pertenecen a la familia de lenguas llamada Uto-Nahuas (Yuto-Aztecas, según otras fuentes), cuya extensión corre desde el centro y oeste de los actuales Estados Unidos, partes del noroeste, centro y sur de México y en Centroamérica, con variantes en partes de Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua.
· Existe una similitud entre la arquitectura de las ruinas de la zona arqueológica de Awatovi, Condado de Navajo, Arizona; y las ruinas de Casas Grandes, Paquimé, Chihuahua.
· En algunas de las pinturas que adornan las "Kivas" (Estructuras ceremoniales Hopi) se observan guacamayas, lo que implica que existió un intercambio comercial y cultural con los pueblos de las zonas tropicales.
· El hallazgo de restos de cerámica polícroma Hopi en una zona cercana a la zona arqueológica de Paquimé.
· El clan Ave Añil (Bluebird) alega que provino de una migración desde un lugar llamado Palatkwapi ("Colina Roja"), ubicada en el sur, que se ha hipotetizado pudieran ser la ciudad de Tula, Teotihuacán o alguna zona de Oaxaca.
Se habla de que una de las tribus de la Nación Hopi, el Clán de la Serpiente, migró desde los territorios de esta etnia hacia la Tierra de la Serpiente, ubicada en el sur. La migración pudo tener como motivo probable una sequía que endurecía aún más las condiciones del desierto de Arizona, en conjunto con la última erupción volcánica en el hoy Campo Volcánico de San Francisco; este aumento de la actividad geológica tiene una fecha aproximada en el año 1050 (lo que coincide con la fecha que se tiene estimada del inicio de la peregrinación de los Aztecas). La migración se hizo hacia los cuatro puntos cardinales y este grupo representado por el ofidio migró hacia el Sur. Existe una coincidencia que respalda esta hipótesis que se puede encontrar en dos puntos específicos:
· La lámina 2 del Códice Boturini o Tira de la Peregrinación, que cuenta la historia de la migración de los Aztecas; en el símbolo de Chimalma, madre de la advocación terrenal de Quetzalcóatl, se puede observar un símbolo que es muy parecido a un símbolo recurrente en la cultura Hopi y que se puede interpretar como su calendario o una representación de éste.
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Neopaganismo de Bolsillo
SpiritualMaravíllate con la riqueza de la mitología mesoamericana y su cosmovisión.