Harry y Sheila Potter (Draco Malfoy y tu)

Las cartas de nadie

Después de unos cuantos días, una lechuza volaba en el cielo de surrey, dejando una carta dentro de la casa de los dursley, harry y Sheila fueron a recoger el correo para llevárselos a los dursley, pero vieron una carta que llamó la atención de ambos niños.

Sr. H. y Srta. S. Potter
La alacena de abajo de la escalera
4, Privet Drive
Little Whinging.
Surrey

-wow- mencionaron al unísono al ver que la carta era dirigida a ellos
Se encaminaron hacia la cocina entregando las cartas a sus respectivos destinatarios,

-ah, Marge está enferma petunia- le dijo el tío vernon a su esposa, mientras dudley veía a los hermanos sosteniendo una carta.

-harry y Sheila tienen una carta papa!- mencionó dudley, mientras los hermanos le replicaban a su primo mencionando que era de ellos.

-suya?, JAJA!, no me hagan reír- respondió el tío vernon a modo de burla, mientas la tía petunia junto con dudley miraban la carta, estos se miraron de forma sorprendida, mientras los hermanos potter solo miraban con curiosidad.

Varias lechuzas empezaron a llegar a la casa de los dursley, pero harry y Sheila corrían la suerte de que el tío vernon las rompiera, dejándolos con la intriga de quien serían aquellas cartas, hasta tal punto de cerrar el buzón.

-de quien crees que sean las cartas Sheila?- pregunto harry

-No lo sé harry, ojalá y que sea alguna noticia de algún otro familiar nuestro, al menos más amable que nuestros tíos- inquirió Sheila.

Aun así más y más lechuzas llegaban a Privet Drive dejando cada vez más cartas, una noche el tío vernon tomo las cartas que habían llegado y se dispuso a quemarlas en la chimenea mientras le dedicaba una sonrisa malvada a los hermanos.

-me encanta este día, en mi opinión no hay como el domingo, porque dudley?- pregunto el tío vernon, pero este solo subió y bajo los hombros a modo de no saber la respuesta

-porque no hay correo el domingo?- le contestó harry

-correcto Harry!, el domingo no hay correo- se burló -hoy no recibiremos cartas!, no señor, no recibiremos ni una sola carta, ni una.

Por otro lado los hermanos se dieron cuenta de que una lechuza pasó por la ventana, estos caminaron hacia ella y se dieron cuenta de que no sólo era una, si no que había demasiadas lechuzas fuera de la casa

-No señor, hoy no veremos esas miserables- le tío vernon fue interrumpido por una carta que le cayó en el rostro, todos voltearon a ver lo ocurrido

Entonces la casa empezó a temblar, y todos menos los hermanos potter se alteraron, de pronto cientos de cartas comenzaron a salir de la chimenea, los dursley empezaron a gritar por ayuda, dudley saltó a brazos de su madre temiendo por lo ocurrido, en cambio Harry y Sheila sonreían a la par, mientras intentaban tomar una de las cartas.

Lamentablemente el tío vernon se dio cuenta y empezó a perseguir a los hermanos, haciendo que estos quisieran correr hacia la alacena.

-suéltanos!- grito Sheila al ver que el tío vernon los atrapó

-suéltame son nuestras cartas!- dijo harry

-estoy harto!, nos iremos de aquí!, lejos de aquí!, donde no nos encuentren- grito el tío vernon

-ya no sabe lo que dice- mencionó dudley, mientras la tía petunia hacía una cara de confusión

-esto se acabo!-
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Después de una larga tarde, los dursley y los hermanos potter llegaron a una cabaña en medio del mar, según el tío vernon ahí nadie los encontraría, la comida de cada uno eran cuatro plátanos y una bolsa de papas fritas para cada uno, intento hacer fuego con ellas pero no sirvió, mencionó que ahora si se pudieran dar uso de aquellas cartas.

-harry en pocos minutos tendremos 11 años!- le dijo Sheila a su hermano

-si, ojalá pidamos el mismo deseo- le respondió harry

Los hermanos dibujaron en la arena un pastel con velas que tenía escrito
"Feliz cumpleaños", estos miraron el reloj de dudley y vieron que ya eran las 12,

-pidamos un deseo- mencionó harry

Y los hermanos soplaron el dibujo simulando que las velas se apagaban, pidiendo el mismo deseo.

*PUM!*

Se escuchó de repente en la puerta, toda la cabaña se estremeció, los hermanos y todos los presentes se levantaron de golpe al escuchar que alguien estaba llamando a la puerta.