Biblioteca De Los Deseos

2.

Domingo 8:30 am.

Leticia se encontraba ya en su habitación pensando, solamente había algo que la intrigaba tanto que la hacía estar muy inquieta. Era aquel libro que había leído el día anterior algo en su corazón le decía que debía volver a ese lugar y seguir leyéndolo, pero no podía por más que quisiese, debía hacerlo a la misma hora de ayer.

Por su parte había algo que no recordaba, había quedado de encontrarse con Rachelle, Santiago y Hugo para acordar a qué hora se encontrarían en la feria del martes, y Leticia no contaba con ese pequeño detalle.

Ya se encontraba en el centro comercial agarrada por una Rachelle que la jalaba del brazo mientras escuchaba discutir a la antes nombrada con un castaño pecoso por si era mejor usar gorros iguales o pulseras de la amistad.

—Yo digo que los gorros morados estarían mucho mejor.

—No, no las pulseras de la amistad serían mejores, ocupan menos espacio y no son tan escandalosas.

—Gorros.

—Pulseras.

—Gorros.

—Pulseras.

—¡Ay ya cállense los dos, usaremos unos collares y punto, fin del tema!— Grito un molesto Hugo al escuchar la tan absurda discusión de ambos mientras los miraba con una expresión molesta y nerviosa a su vez.

Los dos se quedaron callados por un momento al escuchar la voz demandante de su amigo de piel casi pálida. Podrían pensar que fuera un vampiro de esos que salen en las novelas juveniles que vuelven loca a cualquier chica, de no ser por su cara seria que lo caracterizaba pero era tímido y casi siempre se encontraba un tanto nervioso por casi todo, aunque en las situaciones frustrantes cómo está usaba ese tono firme que a veces sonaba molesto.

—Esta bien Hugo lo que tú digas— Hablaron los dos al unísono mientras lo miraban con una expresión de reproche, cosa qué esté ignoró por completo.

Leticia los miraba con una expresión divertida por lo recién ocurrido ya que sabía que Hugo podía calmar a esos dos tan sólo si podía intimidarlos cosa que se le daba muy bien.

—Bueno yo digo que vayamos por la ropa interior— Dice en un tono alegre Santiago mientras se podría escuchar en un pequeño susurro— De mujer— Aclaró el joven con una cara de malicia al igual que su sonrisa, a su vez se veía una Rachelle furiosa y se lanzaba a golpearlo en la cabeza.

—¿Santi tú nunca cambias verdad? Por eso es que no consigues novia ¡Eres un pervertido!— Se escuchaba la voz llena de rabia de Rachelle mientras que golpeaba al chico en la cabeza y Hugo la tomaba de los hombros.

—Cálmate mujer seguro lo dijo para colmarte la paciencia es todo— Le aseguraba Hugo mientras la sostenía para que no golpeará a Santi por tonto.

—¡Por favor Santiago si quieres tanta ropa interior te compras unas tangas, esas de Victoria Secret's la usas y dejas el problema!— Dice al fin Leticia con su voz autoritaria haciendo callar a los presentes, estaba cansada de escuchar tantas cosas absurdas en un sólo momento, habían muchas cosas por hacer aún y ellos lo estropeaban.

Después de ese pequeño inconveniente su día transcurría tranquilo, compraron los collares los cuales fueron nombrados por Hugo, también lentes de sol, chucherías porque nunca debían faltar, maquillaje por parte de Rachelle, lociones por parte de Hugo y Santiago. Leticia simplemente pensaba en ese lugar lleno de magia que encontró el día anterior, por más que lo intentará su paciencia era muy poca y su día aún no daba pasó a la tarde.

—¿Leti que te pasa? Te notó extraña hoy ¿Te sientes bien?— Le preguntaba su amiga mientras la miraba preocupada, era lo último que quería que sus amigos notarán su angustia por el hecho de necesitar más información de ese libro, pero no les contaría, no ahora.- Nada Shelly todo bien ¿Porque yo estaría extraña?- Hablaba con una tranquilidad que no podría ser de ella misma.