I

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Un joven treintañero de cabellos negros ondulados se encontraba guardando ropa en una mochila en la habitación de aquel apartamento en el cual vivía. Lo hacía sin apuros, acomodando y doblando bien cada prenda. El silencio reinaba dentro de las cuatros paredes, la luz artificial iluminaba cada rincón del lugar, el aire ingresaba por la ventana cubierta a la mitad por una cortina azul marino dejando ver el cielo estrellado opacado por las luces de la ciudad, cosa que al joven molestaba un poco.

El hombre se encontraba pensativo, ¿a donde iba? A tomar un tren para ir a Busan. ¿En plena noche? Era más barato, además que llegaría en una hora, ¿Por qué iba? Trabajo. Bueno, era un zoólogo que trabajaba en un zoológico pero lo habían llamado para que participe de una investigación sobre unos casos reportados recientemente en unos animales que se volvían locos y atacaban a todo lo que veían. Tal vez un virus que los estaba afectando o realmente se volvieron locos, sea lo que sea, el lo iba a saber. Pero eso no era en lo que su mente se mantenía ocupada, claro que no.

Cerró su mochila sentándose en la orilla de su cama, con una mano alboroto su pelo dejándolo desaliñado mientras que con la otra se fijaba la hora en su teléfono, faltaba una hora para pedir un taxi e ir a la estación. Suspiró cansado, dejó el aparato a un lado, se tiró de espalda sobre el colchón, la imagen de aquel hombre con su hija no se iba, Seok Woo y la niña Soo An. Los había conocido ya que fueron unas cuantas veces al zoológico donde trabajaba y le tocó ser su guía, le habían tomado demasiada confianza al punto de decirle "hyung" a aquel hombre. Cuando lo vio por primera vez algo se removió dentro de él, algo que no pasaba hace muchos años inquietándolo de alguna manera ya que al tener una hija suponía que estaba casado entonces se privó de esas emociones para hacer su trabajo, ya que para eso estaba ahí. Pero eso se fue, bueno, a la mierda cuando en una de esas el mayor soltó que estaba divorciado dando paso a que el menor le empiece a tirar indirectas, aunque fueron inútiles ya que Seok Woo no las captaba. Algo le dijo que lo deje pero el intento de coqueteo fallido por parte del padre de Soo An fue una señal que el otro también se sentía igual, que el sentimiento era recíproco. Aunque no lo dijeran directamente, se notaba en sus miradas.

Jung Seok solo sacudió su cabeza alejando esos recuerdos recientes de su mente, debía partir ya hacia la estación o si no llegaría muy tarde y posibilidad de perder el tren eran muchas. Siempre trataba de ser puntual y anticipado a cualquier situación. Sin más, salió de aquel apartamento cerrando la puerta tras si con llave, marchándose.


























×××






Un hombre adulto vestido de traje bajaba de un auto el cual yacía descansando en el estacionamiento de un edificio. Aquel sujeto hablaba por celular, pareciendo discutir con alguien, ósea, con su ex esposa.

Estás comprando su regalo? Eso no la hace feliz, ella estará mejor conmigo y lo sabes!.

— ¡Yo sé cómo cuidar a mi hija!.

Pues no lo parece! Mañana es su cumpleaños y más te vale que cumplas tus promesas, traela a Busan conmigo!.

—Ya lo sé.- Cortó, soltó un largo suspiro mientras abría la puerta trasera del automóvil y sacaba el regalo para su hija, esperaba que le guste.

                                   ×××



El joven adulto ingresó a su hogar siendo recibido por su madre, la saludó y siguió.

- Y Soo An?

- Está en su cuarto, jugando. - El moreno asintió mientras se dirigía a la habitación de su hija. Abrió la puerta, todo estaba oscuro excepto por una luz.

—Cuándo nos iremos? Omma, hablaste con Appa?—La niña estába cubierta por las sábanas en aquella cama. El mayor, tocó la puerta haciendo que la menor cuelgue la llamada y salga de su escondite. Se acercó y se sentó a su lado dejando la bolsa con el regalo a un lado.

—Puedes hablar con ella si quieres.

—Ya había colgado igual.

—Ya hablé con tu madre, Appa te va a llevar a Busan, pero primero tiene que resolver algunos asunto así que Soo An tendrá que esperar.—Sacó una caja de la bolsa, está estaba envuelta como regalo.







•••

- Mucho trabajo? - Preguntó la anciana sentada en la cama de su hijo.

- Sí, mucho. - Contestó mientras se quitaba el saco y lo colgaba en un perchero en su clóset.

- Mañana vas a Busan, verdad? - El hombre soltó un sonido afirmandolo. - Deberías aprovechar y hablar con tu esposa, que hayan roto así no fue lo mejor. Tal vez pueden intentarlo otra vez, sería mucho mejor.

A esto, el moreno se sacó su corbata de un tirón mostrando lo tenso que se puso, no gustaba hablar del tema. Ellos se habían separado porque el amor ya no existía entre ellos dos. Pero como hacía para que su madre comprenda eso? No lo sabía.

—Omma...

—O no hace falta que vuelvas con ella, porque no intentas conocer a otras personas? Cómo el chico ese del zoológico, se nota que es buen muchacho. Además que a Soo An le cayó bien. —Ah, ese chico. Un joven cuatro años menor que Seok Woo, lo habían conocido cuando fueron al zoológico después de muchas insistencias por parte de la niña. El fue su guía, y digamos que encanto a la familia de dos desde la primer sonrisa que les regaló y se vio concurriendo más seguido allí. Gracias a él, el mayor había tenido serios problemas de concentración en su trabajo logrando una gran frustración en él. Por suerte, no se lo volvió a cruzar y esperaba que sea así. Nunca fue un experto con el tema del amor.

—Omma, no quiero hablar de eso. Lo pasado dejémoslo ahí y el chico... Lo más seguro es que nunca más me lo encuentre. Sí?

—Está bien, descansa. —Dijo de una manera resignada la señora, retirándose de aquella habitación. El hombre, quedó sentado en la orilla de la cama pensando, una parte de él decía que su madre tal vez tenía razón, debería intentarlo, pero su cobardía y miedo no lo dejaba.

- Jung Seok... - Repitió el nombre de aquel hombre que lo había atrapado, puede que haya intentado coquetearle pero no le salió muy bien. Sacudió su cabeza alejando esos pensamientos de su mente, miró a un costado donde su madre había estado y visualizó una cámara de videos, sin más la agarró y reproduzco su contenido. Era un vídeo de la presentación de su hija, estaba cantando en medio del aula pero algo la detuvo. Sus compañeros se rieron  siendo regañados por la maestra después.

"Quiero ir a Busan."

Estación zombie: Tren a Busán [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora