Mi Don

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¿Creíste que solo la familia Madrigal poseen un milagro?

No soy una Madrigal, pero también poseeo un don. Gracias a una gota del sol que se convirtió en una flor... pero bueno esa es otra historia.

Tengo mi don desde muy pequeña, no solía usarlo ya que no tenía control de él.

De seguro ya te preguntas ¿cuál es ni don? puedo hacer luz con mis manos, puedo encender tus antorchas, puedo iluminar cualquier espacio tanto solo moviendo mis manos.

Desde que mi familia y yo nos mudamos de pueblo decidí ocultar mi don ya que en el antiguo pueblo me tomaban por fenómeno y era horrible que la gente te viera como un peligro para todos.

En este nuevo pueblo se hablaba mucho de la familia Madrigal y los dones que tenían gracias a su casita mágica. No conocía a la señora Madrigal y sólo escuchaba que sus hijos tenían mi edad de seguro sus dones ya deben de averlos controlado. Que envidia.

No llegué a conocer a ninguno en la escuela, tampoco preguntaba por ellos.

A quién engaño si no hablo con nadie.

Que patética soy.

Durante mi camino a casa me perdí en mis pensamientos mientras caminaba sola sentí como el suelo temblaba un poco, me giré notando una gran estampida de burros sin control. Quizás escaparon de su granja... no podía quedarme quieta seguro moría aplastada por ellos, no dude en correr lo más que pude pidiendo ayuda hasta que sentí como me jalaron del brazo salvandome de la gran estampida ocultándose en un pequeño callejón. Algo cansada trate de retomar mi respiración notando que la persona que me salvo era un niño de mi edad, se miraba más agotado que yo.

Fue ahí cuando lo conocí, el primer Madrigal y el que salvo mi vida... Bruno.

-¡Vaya! Estuvo bastante cercas, si no hubiera llegado a tiempo realmente creo que ni estaría hablando contigo. Pero ¡lo logré! Mi predicción fue real.

- ¿tu predicción? ¿Puedes ver...? — pregunté un poco sorprendida.

- si, puedo ver el futuro. - terminó de acompletar mi frase y reí. - uy, déjame presentarme soy Bruno Madrigal y tu eres _______ vi que eres nueva aquí ¡bienvendida! Mi madre debe conocer tu don ¡es fantástico! Podrías ayudar en el pueblo como lo hacemos nosotros.

Alcé mi ceja al escucharlo. Nunca había conocido a alguien como él, desde ese día me sentí segura a su lado. Con su ayuda y de su familia logré dominar mi don para el bien y ayudar como ellos lo hacian con el pueblo.

Me convertí en amiga de la señora Madrigal y sus 3 hijos Bruno, Pepa y Julieta.

Con el pasar del tiempo nos volvimos inseparables, cada día más unidos y felices por ayudar como nos los pedía la señora Madrigal.

- Nunca quieres ver lo que el futuro me espera Bruno. Eres un mal amigo.- reí dejándome caer en el césped. Ambos nos entrábamos alejados un poco del pueblo solo para despejarnos un poco.

- No siempre veo cosas buenas del futuro ____.

- ¿que tan malo podríamos ver?

- que yo no esté a tu lado...

Ambos nos miramos fijamente, me ruborice un poco al escucharlo y el sonrió apartando su vista. Miramos al cielo y tomó mi mano acariciandola.

No hay más que decir, desde ese día nos hicimos novios. Todo estaba perfecto entre nosotros, cuando el solía ver el futuro siempre terminaba susurrando y balbuceando hablando con sus ratas. En ningún momento me molesto, siempre estuve para él y lo apoyé apesar de que todo el pueblo comenzó a temerle.

Cuando el desapareció creyeron que yo sabría algo de él o a dónde fue... realmente no lo sabía. Teníamos planes de casarnos y formar nuestra propia familia, solo pasó derepente. Se fue.

Sacudí mi cabeza regresando a la realidad al sentir una leve corriente de aire mientras escuchaba a Pepa lo preocupada que estaba por la ceremonia de su pequeño hijo. Y recibiría su don, todos estábamos nerviosos y aniosos por saber su don.

- será mejor que le hagas caso a tu esposo, vas a provocar un huracán si sigues así.

Reí un poco y tome la canasta de velas y seguí acomodandolas por la casita. Aún así seguía siendo amiga de los Madrigal, ellos también me tomaban como parte de su familia a pesar de no vivir en la misma casa.

-¿te ayudó Mirabel?. — Me acerque a una de las hijas de Julieta, por alguna razón es la única de la familia que no tiene don.

-¿ah? No, no gracias _____. Yo puedo sola.

Me sonrió y camino de regreso a terminar con la ayuda.

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