Capítulo 1

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- ¡la casa está en peligro!.

La música dejó de sonar al momento de que Maribel entró a la habitación de Antonio hablando sobre qué la casita estaba llena de grietas.

Deje de bailar con Camilo acercandome con la familia, dudamos un poco en creerle a Maribel si realmente la casita estaría en peligro eso quiere decir que la magia podría estarlo también. Toda la gente salimos de la habitación siguiendo a doña Alma y su nieta notando que en la casa no había nada.. ni una sola grieta o algún peligro cerca.

- la magia está bien, todos estamos bien. Que siga la música. - mencionó doña Alma después de hablar en voz baja con Maribel.

Luisa se encargo de traer el pino para que su apa tocará algo y así el hambiente dejará de ser tan tenso.

- ¿bailamos otra vez?. - mencionó Camilo con una sonrisa coqueta y reí.

- creo que debo bailar con alguien más, quizás con una cara nueva.

- no se diga más.

Dijo él y en un instante con uno de sus giros cambió su forma por una persona mayor y alta. No pude evitar reír y le seguí la corriente para volver a bailar juntos.

Un rato después camine hacia la cocina encontrándome con Julia y Mirabel charlando un poco, tomé una de las arepitas de queso dándoles un gran mordisco. Si que eran deliciosas.

- tu me crees ¿verdad ______?.- Hablo Maribel en voz baja. - por favor, dime que también no crees que solo fue mi imaginación o algún intento de arruinar la ceremonia de Antonio.

Limpie mi boca con una de las servilletas al terminar mi arepita de queso y me acerque a Maribel acomodandome a su lado.

- no creó lo que hayas visto... - me miró con un poco de decepción. - pero tampoco creo que lo hayas dicho por "arruinar" la noche de Antonio.

- ¡es por que no lo hice! Ahora mi familia va pensar mal de mi.

- ¿dices que viste grietas verdad?

Ella movió su cabeza afirmando a mi pregunta.

Grietas por la casa, grietas por la casa, grietas por la casa, grietas por la casa.

Fue lo mismo que susurraba y balbuceaba Bruno antes de desaparecer.

- deberías tomar un descanso Mirabel, fue un largo día. - besé su frente tratando de animarla un poco.- ¿Necesitas un poco de luz para ir a tú habitación?

Movi mi mano para que mi don iluminará un poco más la cocina, busque una vela y la encendí con mi luz para después dársela a Mirabel.

- cómo me gustaría también tener un don... es increíble como lo recibiste tú y sin ser una Madrigal.

- fue solo un regalo del Sol, oí que en un pueblo muy, muy lejano una chica tuvo como don ayudar a los que sufren algún corte o accidente con su cabello y una canción sanan al instante.

- quizás algún día me anime a buscar ese regalo del sol...

- Mirabel, el regalo del sol no se busca. El te encuentra. Aún así han pasado muchos años de la última vez que una gota cayó. Es mejor que sigas aquí en la casita con tu familia y no por buscar una flor. ¿Me entiendes? Un don no es tan importante cómo la familia.

- yo si lo entiendo, quisiera que mi familia también lo hiciera. No solo mamá...

Suspiro ella caminando hacia su habitación, yo me dirigí de nuevo a la habitación de Antonio para poder buscar a doña Alma y hablar sobre lo que vio Maribel y recordarte lo Bruno también solía decir antes de que desapareciera.

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