CAPÍTULO 1: fiumba?

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Gaspi está tirado en la cama de su hogar, un mono ambiente en la zona menos privilegiada del conurbano bonaerense, donde la única buena compañía son los travestis que ya le hicieron dos o tres petes a cambio de un FIUMBA. Desliza su dedo por la pantalla del celular, viendo como su último video sube de vistas más rápido que video de ISIS en grupo de WhatsApp de preadolescentes. El beso con el gordo del pancho fue una locura. Todos sus fans se ríen, comentan cosas y le dan like, haciendo que Gaspi sonría. Sin embargo, a pesar de su felicidad, siente un sabor amargo en la garganta, como si algo en su subconsciente le estuviera molestando.

De pronto, su teléfono de la cocina suena.

—SWIIIPE— Gaspi se levanta de la cama, y se acerca a la cocina, tomando el teléfono y acercándolo a su oído. —BUUUUEEEENASSS.

—Estoy cansado.— la voz del gordo suena del otro lado del teléfono, suena triste, decepcionado. Gaspi traga saliva y su BUEEENAASSS desciende a un malas. Gaspi no dice nada, y el gordo sigue hablando. —Estoy cansado de que piensen que lo nuestro es un chiste.

—Pero gordo, lo nuestro ES un chiste.— Gaspi dice, pero su voz suena dolida. Está mintiendo. —Era solo un chiste, así, un pim, pam, chape, ESCRÚPULO, paulo londra, moria casán, pam, cada uno a su casita.

—Vos sabes que no es así, ¿te acordas de la otra noche?— Gaspi cierra los ojos y piensa en la noche con el gordo, cuando el hdp le dejó el orto como la bandera de Japón. Recuerda el placer y como gritó BINOMOOOOOOOOOOO en el momento de climax. Un espectáculo estrepitoso. Después se re cagó encima porque era virgen boeee tiraba esa

—Dale Gaspi, dame una oportunidad. Lo nuestro puede funcionar.— el gordo dice.

Gaspi apoya la espalda contra la pared. Realmente quería estar con el gordo y que le haga FIUMBAAA en el orto otra vez, pero Gaspi le tenía miedo a las relaciones serias, ya que siempre terminaban rompiéndole el corazón. La última chica con la que estuvo le prometió el mundo pero terminó yéndose cuando él le abrió el corazón, mostrándole su colección de fotos de homúnculos. —Me vas a herir gordo, es que ya lo sé. (eu soy re buena escribiendo cosas triste vistesss)

El gordo suspira. —Pensá lo que quieras, pero yo voy a hacer lo que sea para que confíes en mi amor.

El gordo corta, y Gaspi deja el teléfono, susurrando "fiumban't". Hoy no era un día de fiumba en la ciudad de Buenos Aires. (dios te juro que no se que estoy haciendo de mi vida alguien ayúdeme tengo esquizofrenia y estoy en un estado de profunda depresión la luz en mis ojos se apaga ya no le veo un futuro a mi vida por favor sáquenme de la miseria)

Gaspi se siente abrumado, tiene muchas cosas en su cabeza, y el joven no es muy brillante que digamos, así que pensar en más de dos cosas a la vez ya le da dolor de cabeza boe lo re bardeaba NAJJA.

Así que Gaspi agarra las llaves del depto y sale a caminar, respirar aire fresco. —Peruaaaaano— dice mientras toca el botón de el ascensor y apenas está afuera empieza a caminar sin dirección. Estaba oscuro y vacío, y Gaspi sintió un escalofrío en la espalda, tendría que haberse puesto su buzo de dólares y así parecía más fachero y menos hecho mierda de lo que ya estaba. Encima tiene 18 el hdp parece de 30 (igual para mi sigue estando re bueno que queres que te diga le re doy)

De pronto, algo NEFAAAASTOO ocurre.

Un hombre vestido de negro sale de la oscuridad, apuntando a Gaspi con una pistola. Su cara está tapada por una máscara, pero puede ver la maldad en sus ojos. Gaspi levanta las manos al toque, con miedo. —Nooo viejo no me mates te juro que no tengo plata la gasté toda en posters de Gladys la bomba tucumana!!

El hombre se ríe y se acerca a Gaspi, a lo que él retrocede hasta que su espalda choca contra un mural que tiene un cartel que dice "VIVA PERÓN". —Ay mi general, sálvame

—No quiero plata, vengo a llevarte a vos— dice el hombre

—NOOOO, ME VAS A SECUESTRAR?— dice Gaspi con miedo. —pará tengo 18 nada más, apenas legal soy, re violín amigo

—Tenés 18?— dice el hombre, sorprendido. —Uf.

—DAA ANDATE A LA CONCHA DE TU MADRE

—CÁLLATE— dice el hombre, y le apoya el arma en la frente. Gaspi tiembla, quedándose callado.

—Mínimo decime quien sos...— dice con la voz temblándole. El hombre se ríe, y con su mano libre se saca la máscara lentamente.

—NO AMIGO SOS VOS EL PERUANO DEL SEMEN?

Gaspi x El Gordo del PanchoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora