Jungkook no pudo controlar las emociones excitantes que incitaron a querer mucho más de aquel joven.
Era tan inocente e iluso.
🔥Contiene vulgaridades y violencia🔥
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Este fanfic, es un secuela de mi novela...
"Cuanto se arrepintió no haber controlado sus impulsos, pero las emociones del momento incitaron a querer más de aquel joven que desde que lo conoció lo atrapó su personalidad magnética..."
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Jungkook apenas comenzaba a tener confianza en sí mismo después de pasar por la horrible etapa del acné, que curo gracias a los tratamientos carísimos que su padrastro pagaba, parecía que jamás hubo grano alguno en su piel, solo quedando como recuerdos uno que otra manchita poco visible.
Era excelente en los deportes, era bueno en arte, pero eso ya no le parecía suficiente, su ambición crecía conforme su autoestima, el anhelaba ser el centro de atención, cambiar ese cuerpo escuálido a uno atlético, ser a quien envidiar cuando lo vieras en la calle, ser quien todos se murieran por él, aunque le faltaba un largo camino para llegar hacer quien quería.
Pasaba horas en el gimnasio, disfrutaba de que le dieran dinero a manos llenas y gastaba muchísimo en ropa de lujo y por demás estupideces materiales innecesarias, pero siendo un adolescente era lo que lo hacía "feliz" para encajar con sus amigos de la preparatoria.
Eran los últimos días del verano del año 2014, Jungkook aún era un poco introvertido y no disfrutaba mucho de las fiestas, pero esa vez fue convencido por su hermanastro Namjoon de tener una por su cumpleaños número 17 diecisiete.
Creyendo que sería buena oportunidad para abrirse camino en la vida social y aprovecharía de gozar de buen nivel económico, haciendo la fiesta en su nuevo hogar ostentoso.
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La fiesta corría con "tranquilidad" en el gran jardín trasero de la mansión, Jungkook invito a todos los compañeros de su clase quienes estaban maravillados con la excentricidad de la casa que era una sensación, valiéndoles un carajo de donde procediera la riqueza del padrastro del joven, los adolescentes se divertían sin restricción porque no había ningún adulto supervisándolos.
Por primera vez en su vida era el centro de atención y eso lo ponía feliz sin dudar alguna, poco a poco era quien quería ser.
Sentado en un sofá en la sala al aire libre, charlaba con sus amigos sobre su última partida de videojuegos, se acercaron un par de chicas con actitud coqueta sentándose a cada lado.
