Narra Parker:
Me habia pasado toda la mañana en el parque y ya me estaba cansando de tanto caminar, divisé a lo lejos un roble enorme y mis ansias de escalarlo me superaron. Practicamente salí corriendo hacia el árbol, tire la mochila en una de sus enormes raices y comence a escalarlo, me pare a la mitad y observe la ciudad.
Era preciosa la vista desde aquí, veía a la gente como hormigas de un lado a otro al igual que los coches.
Me puse por el otro lado del arbol y segui escalandolo, ya me estaba cansando así que decidí parar. Me sente en la enorme rama y me apolle en el tronco. De este lado del roble se veía todo verde, veias a los pajaros volando sin rumbo alguno, siendo libres, la verdad es que los envidiaba.
Me quede mirando los arboles y encontre una casa. No sabia que dentro del parque habia una casa.
Era demasiando curiosa así que me bajo corriendo del roble, cogí mi mochila y me dirigí a la casa.
Después de unos tres minutos mas o menos llegue a la casa, pero me habia equivocado pues no era una casa si no una cafeteria. Entre en la cafeteria y sono una campanita indicando que alguien habia entrado.
Una ancianita con un delantal salió de lo que parecia una cocina.
- Hola cielo, ¿qué se te ofrece? - me dijo amablemente. La señora podría tener unos setenta años, era pelirroja y de ojos azules.
- Hola ¿tienes té frio? - le dije.
- Sí cariño, ¿de qué lo quieres? - me sonrio de oreja a oreja, mostrando su perfecta dentadura.
- De mango porfavor.
- Enseguida te lo traigo, toma asiento si quieres - dijo llendose a la cocina.
Me sente y por primera vez observe aquel lugar, las paderes eran de piedra y la decoración era vintage. Esta ancianita tiene buen gusto.
Cogí la carta y cuando llegó con el té le pedí unos macarrones a la carbonara.
- ¿Cómo encontraste este sitio? -pregunto curiosa la anciana desde la barra.
- ¡Oh! pues... Me subi a un roble y lo vi. - dije encogiendome de hombros. Una campanita sonó de la cocina y la anciana me trajo los macarrones.
- Ahh - dijo con una sonrisa.
- ¿Porque lo pregunta señora...
- ¡Oh! Me llamo Gloria cariño, ¿Y tú?
- Parker
- Bueno pues Parker lo preguntaba porque aqui solo llegan senderistas y es cada mucho tiempo, y me extraño verte por aqui, digo, no tienes pinta de senderista - dijo sonriendo. Su comentario me saco una pequeña sonrisa - ¿te molesta si me siento aqui contigo?
- No, claro que no sientese - dije mientras me quitaba las gafas de sol y comence a deborar mi plato.
Seguimos charlando hasta las ocho de la noche, yo ya estaba cansada por todo lo que habia pasado asi que me tube que despedir no sin antes prometerle a Gloria que volveria una vez en semana a su restaurante.
La verdad es que me habia caido bastante bien y me habia contado casi toda su vida. Tenia tres hijos, los cuales llevaban sin ver desde hacia 10 años porque eran dueños de empresas importantes y no podian ni si quiera ir a ver a su madre un navidad, tenia 3 perros y después me contó las cosas que hacia de joven. La verdad es que senti lastima por ella porque estaba sola ya que su marido murio hace 3 años, por ello le prometi venir una vez en semana a verla y hacerle compañia.
Era obvio que esto no se lo contaría a los chicos ya que si no me verian como una debilucha y no es plan.
Después de salir del parque me fui a mi casa y en vez de entrar me fui directa al jardin trasero y me sente en la hamaca de tela colgante que habia entre dos árboles del jardín y me puse a pensar en lo que habia ocurrido hoy la pelea, sinceramente, me da igual pues no era la primera ni seria la última, con respecto al beso no quise ni pensarlo mejor dejarlo pasar y las lentillas, eso si que me preocupaba, es uno de los secretos que tengo, los oculto desde hace 5 años ya que son raros y a la gente les da miedo.
Son marrones miel y con rallas en marrón oscuro y desde la pupila sale una pequeña mancha color verde y el borde del iris es negro. Cuando me altero, me enfado o lloro el iris se vuelve completamente oscuro lo que viene siendo negro, y eso asusta por eso los escondo con unas lentillas verdes.
Cuando era pequeña se metian conmigo basicamente porque era fea, todos se reían de mí, me insultaban y yo ¿qué hacía? pues era simpática con ellos, amables, les ayudaba cuando tenían problemas, me preocupaba por ellos... Vamos fui una completa gilipollas así que un día decidí cambiar, dejar de llorar cuando llegaba a casa por lo que me decían, decidí ser aquella que les jodiera a partir de ahora porque nadie me había defendido y tenía que hacerlo sola.
Con estos pensamiento y el balanceo de la hamaca, cai en un profundo sueño.
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Antes de todo se que muchas me vais a matar, siento mucho haber tardado pero con los estudios no he tenido tiempo de nada, ahora que estoy un pcoo mas libre espero escribir mas a menudo.
muchos besoos
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La chica que le dio nombre a One Direction
FanfictionPaula es una chica de 15 años, ella es divertida, muy alegre, loca, demasiado mimosa, cariñosa, graciosa, muchas de las veces hace/dice las cosas sin pensar, indecisa e ironica vamos lo normal entre las adolescentes con las hormonas disparatadas, pe...