𝑠𝑢𝑒𝑟𝑡𝑒 𝑦 𝑒𝑠𝑝𝑒𝑟𝑎𝑛𝑧𝑎

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Descanso. Esa era la palabra que estaba en la mente de aquél joven hombre, necesitaba descansar, tomarse un respiro de la apretada rutina de la cual no podía escapar, era difícil despegarse de lo que se puede considerar como usual aunque esta normalidad sea una tortura o perjudique la salud.
Es normal que las personas busquen algo a lo que aferrarse, no importa si terminan mal por este hecho. Pocos eran los que se atrevían a hacer algo distinto, dejar la comodidad que te brinda tener algo establecido para ir a la aventura donde poco o nada tienes seguro es algo que requiere valor, coraje, valor y coraje. Estas dos cosas muchas veces terminaban casi desvaneciéndose con el paso de los años, por lo que muchos a cierta edad deciden no tomar más riesgos, quedarse simplemente con lo que tienen, no buscar más.
Sin embargo, también están los que no se rinden y los que deciden tomar riesgos sin importar la edad.
Claro, esto es bastante diverso debido a que dos personas nunca van a pensar o actuar del mismo modo, eso no estaba mal, de hecho esto muchas veces ayuda a relacionarte con otras personas, pues muchos buscan aprender y, o compartir ideas con los demás.

Ese hombre, con ojos bicolores al igual que su pelo, buscaba romper la rutina que lo tenía tan atrapado, para ello empezaría con cosas simples, por ejemplo, ese día caminaba por la amplitud de un parque que más bien parecía un bosque pequeño. Debido a que el lugar era muy amplio, lleno de árboles y que además tenía un estanque era normal que las familias fuesen ahí durante el fin de semana, pero durante días laborables había muy pocas personas, Kyojuro se aprovecharía de ese hecho, porque si, era una persona sumamente sociable, a donde fuera terminaría con al menos un nuevo amigo, pero en ese momento simplemente quería hundirse en él, reflexionar, hundirse en sus pensamientos hasta que estuviese satisfecho o fuese ya muy tarde.
Se sentó en una de las bancas, el sonido de las aves cantando alegremente, junto al de las ardillas corriendo por ahí era relajante, aunque bueno, realmente no lo escuchaba perfectamente, tenía dificultades auditivas, de no ser porque todo estaba en completo silencio no podría escuchar la naturaleza que le rodeaba.
Pudo suspirar mientras veía el sol caer, se estaba haciendo de noche, pero podría apreciar la puesta de sol antes de irse, los hermosos colores del cielo le brindaron cierta calidez, no sabía porqué había dejado de ir a ese lugar, tenía varios años que no lo hacía. Se prometió a si mismo ir más seguido mientras se levantaba de la banca.

Estaba bastante en el centro de aquél lugar, así que empezó a caminar, el cielo se oscurecía dando lugar a la noche, caminaba con tranquilidad hasta que en cierto lugar vio una figura pequeña, parecía un infante, sin embargo no había nadie alrededor, siendo ese lugar tan amplio era probable que el niño estuviese perdido, probablemente sus padres lo estaban buscando, dejarlo ahí sólo a su suerte era sumamente peligroso considerando que no sabía qué tipo de gente podría estar rondando por esos lugares, así que se acercó al pequeño, teniendo en mente llevarlo a las autoridades para que se dé el anuncio de un niño perdido, o preguntarle que si estaba esperando a alguien o algo por el estilo.
El infante escuchó su llegada a lo que volteó en su dirección. Era un niño pequeño, de unos seis o siete años, tenía unos enormes y bonitos ojos celestes, las puntas de su pelo (que era sumamente largo) eran del mismo color, mientras el resto de su pelo era de un azabache, mientras el mayor se acercaba notaba aquellos detalles hasta que llegó frente a él, los ojos celestes parecían escanearlo hasta que se aburrió y su vista se volvió a dirigir al bosque, dejando extrañado al mayor, pues, él, un completo extraño se había acercado a ese pequeño niño indefenso y a este no pudo importarle menos, agradecía ser él quien lo había visto y no un loco o alguien peligroso.

—Hola pequeño –Dijo el rubio con su tono alegre usual, sólo tratando de sonar algo más "cálido" para no espantar al contrario. Este al escuchar su voz nuevamente volteó en su dirección– No temas, soy inofensivo, sólo me preguntaba qué haces sólo en un sitio como este.

Juntos [RenGiyuu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora