~ Mariposas [Encanto Oneshots]

1.-Susurros

Fanfci centrado en Dolores....puede que sea algo OOC

.....

Dolores no hablaba mucho.

Y era raro viniendo de alguien que podía escucharlo todo, o que era conocida por ser una chismosa,pero, a veces el ruido de su propia voz la asfixiaba. Y es que ,poder escuchar cada pequeña preocupación, ansiedad y miedo de todo aquel en el pueblo la hacía sentir como si lo que ella pensase no fuese nada en comparación. ¿A quién le importaba que ella estuviese ansiosa si podía escuchar el refunfuño de su madre cuando algo salía mal? ¿A quién le importaba si estaba enamorada de Mariano si en las noches escuchaba a su abuela regocijarse porque este quería pedir la mano de Isabela? ¿A quién le importaba que a veces su don le pareciese una maldición, si había alguien que lloraría noche tras noche por no tener uno?

Dolores no podía abrir la boca para expresar sus emociones, era raro en ella y le era sumamente difícil con las mil voces en su cabeza que a veces no eran bienvenidas.

Las únicas veces que Doleres podría estar a solas con sus pensamientos era en su cuarto, una habitación insonorizada que le había otorgado la casita, pero habían veces en lo que ni ella misma los entendía, la presión de conocer tanto sobre todos le jugaba en contra que, incluso prefería abrir levemente su puerta y dejar que los susurros nocturnos la arrullen para dormir.

Pero había ocasiones en las que no podía hacerlo. A veces escuchaba un llanto ahogado entre todas las voces. Uno que no podría ignorar. Uno que no le podría contar a nadie tampoco.

Porque para Dolores, no era raro quedarse despierta hasta que Mirabel dejase de llorar. Había veces, en las que esperaba afuera de su habitación, para simplemente revisar que esté bien. Y vería a su prima durmiendo, abrazada a sí misma y con un rastro de lágrimas por sus mejillas.

También había escuchado, temprano en las mañanas , los pasos sigilosos de Mirabel, quien iba al baño, suspiraba y lavaba su rostro para pretender que nada paso.

Que estaba bien.

Bajo la promesa rota de que la próxima vez no lloraría.

Luego realizaria sus quehaceres y el día continuaria con normalidad.

A veces crusarian miradas, y los ojos de Dolores flaquearian un poco con compasión, su prima se negaría a verla y entre ambas tendrían el mudo acuerdo de no hablar sobre aquello.

Porque Dolores, por más que quisiera, no podía hacer nada. No era buena con las palabras como para reconfortar a Mirabel y solo dependía de comprarle pequeñas cosas y dejarlas a hurtadillas en la improvisada habitación de la menor. Como hilos de costura y agujas que varias veces quería y no se atrevía a pedirle a su tía Julia.

Dolores quiere mucho a Mirabel.

Lo cual era raro considerando el hecho de que no interactúan mucho.

Pero Mirabel era especial para Dolores.

Porque era vivaz, era alegre y sobre todo, admiraba verla sonreír, admiraba que nunca haya visto a nadie de la familia con ojos de envidia y que en su lugar se esforzaba tanto, al punto a veces del cansancio, por mostrar su valor como una Madrigal.

Dolores sabía que su abuela ponía más presión en sus tres primas que en sus hermanos y por ende, entendía bastante el deseo de Mirabel de encajar. Pero se limitaba a eso.

A entenderla, a verla de lejos e intentar procurar que nada le pase.

...

A veces recordaba cierto carnaval, no mucho después de la fallida ceremonia de la de gafas. Que duró una semana lleno de cohetes y fuertes maracas regocijado por el pueblo. Pero Dolores no lo veía así. No fue hasta los catorce que se pudo acomodar finalmente a su don. Pero todo ese periodo de nueve años, su madre la había cuidado minuciosamente, evitando decirle a su abuela para no preocuparla. Pues Dolores era muy sensible al sonido a veces. Los que eran muy fuertes le causaban dolor , punzadas en su cabeza y ella no podía hacer nada más que tapar sus oídos y llorar cuando estaba con su madre.