Cuando amaneció emprendieron el largo viaja hacia las profundidades de la espesa selva. Los que encabezaban este viaje eran Larry y Bob, técnicamente debían ser ellos ya que los demás tenían miedo de que por ir adelante se les apareciera algún animal peligroso, lo cual es curioso ya que más adelante iban a tener que enfrentar a un monstruo.
Para llegar al corazón de la selva tuvieron que descender de un risco muy alto, atravesar ríos con corrientes feroces, puentes colgantes en el cual casi caen al vació y por ultimo escaparon de una manada de elefantes y más adelante tuvieron que huir de orangutanes los cuales Ben había hecho enojar cogiendo un plátano de sus árboles. Afortunadamente para nuestros héroes lo malo había pasado, ahora venía lo peor.
Cuando llegaron al corazón de la Isla, se aseguraron de usar el terreno a su favor, planearon estrategias para poder usar contra el monstruo, hasta pusieron una ofrenda de paz con chocolates como plan Z.
Al terminar de estudiar el terreno y ver todas las posibilidades, procedieron a descansar.
_
De repente un ruido fuerte despertó a nuestros valientes héroes. De inmediato las pulseras les proporcionaron sus trajes de batalla lo cual solo les confirmo que el temibles monstruo ya había llegado o estaba próximo de hacerlo.
De pronto los arboles empezaron a caer, dejando todos los escondites, que ellos habían previsto, inhabilitados. Todos vieron que eso era una desventaja, ya que no podrían ocultarse tras los arboles ni usar el elemento sorpresa a su favor.
Kong: -Voy sacando los chocolates. Con permiso.
Ben: -Yo te ayudo.
Zabdiel: -Espérenme.
Ángeles: -Y yo que pensaba que eran más que sea un poco valientes.
Larry: -No den un paso más, yo voy por ellos, ustedes quédense aquí mientras tanto.
Ángeles: -Esto si es muy decepcionante, se supone que el de entrenamiento militar eres tú.
Larry: -Buenos ya, nadie se va, pelearemos contra el monstruo unidos. Y si no podemos recién vamos por los chocolates.
José: - ¿Cómo consolación o como ofrenda de paz?.
Mael: -Ambos, mitad para el monstruo y mitad para nosotros.
Rosa: -Oigan ya, tenemos que concentrarnos, tenemos aún monstruo que derrotar, el mundo conejo está en nuestras manos.
Rodrigo: - Si quieres te doy mis manos, no me molesta.
Bob: - ¿Y por qué Frank y Roger no están diciendo nada?.
Roger: -Porque nosotros no somos guerreros, por suerte solo somos simples espectadores.
Larry: - ¿No que eran parte de la familia protectora? ¿No deberían protegernos?.
Frank: -Yo no recuerdo que sea parte de ninguna familia, ¿y tú, Roger?.
Roger: -Por el momento me está fallando la memoria, aparte como dice la canción, si no me acuerdo no paso.
Ángeles: -Y yo que pensé que eran valientes. Pero las apariencias engañan. En fin, debemos apurarnos, el monstruo ya está detrás de nosotros.
En ese momento todos saltaron de miedo, excepto Ángeles, la cual se puso en posición de pelea, Roger y Frank se fueron diciendo que tendrían listo el yate y comida para cuando terminaran de luchar.
De repente a todos les apareció una espada en la mano, la primera en atacar fue Ángeles junto Larry y Bob.
Bob: -Yo lo distraeré, ustedes traten de hacerlo caer, después los otros atacaran, unos por delante y otros por atrás. Recuerda Larry, tienes que clavar tu espada en su pecho, así el monstruo será absorbido y todos nos salvaremos, si ves la oportunidad aprovéchala.
Y como dijo Bob lo hicieron, el distrajo al monstruo, Ángeles junto con Kong y José derribaron al monstruo, Rosa y Mael aprovecharon el momento para atacar por delante, Rodrigo y Zabdiel atacaron por detrás, Bob contuvo al monstruo en el suelo y Larry se apresuró a clavar su espada en el pecho de la bestia, cuando estuvo a punto de hacerlo el monstruo se levantó y con un rugido mando a volar por los aires a todos los guerreros.
Estos cayeron bruscamente contra el suelo, excepto Ángeles, Bob y Larry quienes reaccionaron en el aire y lograron caer provocando el más mínimo dolor.
Ellos volvieron a atacar, Ángeles junto a Rosa empezaron a cortar los ligamentos de sus tobillos para debilitar lo, los demás también atacaban provocando fuertes daños en el monstruo, de repente Larry in pensarlo dos veces arrojo su espada y dio justo en el pecho del monstruo.
La espada absorbió al monstruo en un instante, de pronto, todos los arboles volvieron a la normalidad, las grietas en el suelo desaparecieron, y la tranquilidad en la salve se restauró. Los trajes y armas volvieron a las pulseras, cuando las zanahorias doradas aparecieron en sus manos y estas absorbieron las pulseras, de repente las zanahorias desaparecieron.
José: - ¿Pero que acaba de pasa?.
Roger: -Las zanahorias ya cumplieron su trabajo, ahora volverán a donde estaban.
Kong: - ¡AAHH! ¡¿Cuándo apareciste tú?!.
Frank: -Felicitaciones chicos, me alegra saber que siguen con vida.
Ángeles: -Claro, después de que nos abandonaron, deben estar saltando de la alegría.
Larry: - ¿Dónde están nuestros dulces?.
Rosa: - ¡Sí! ¡¿Dónde están nuestros dulces?!.
Ben: -Creo que me los comí de los nervios antes de que llegara el monstruo.
En ese momento Ben empezó a correr por su vida ya que era perseguido por los demás guerreros. Roger y Frank tuvieron que intervenir antes de que lo ofrecieran como sacrificio al volcán de la Isla. Después de eso todos volvieron a la guarida donde descansaron y comieron hasta mas no poder.
Pasando los días se reportó que la zanahoria dorada había vuelto al museo, y que los "sospechosos" ahora estaban fuera de cualquier cargo. Así fue como Larry y Bob pudieron limpiar su nombre además de vivir una emocionante aventura donde casi mueren, pero lo bueno de esto es que conocieron a amigos asombrosos y Roger encontró a una compañera en las muchas carreras que tenía escapando de las patrullas policíacas y todos comieron muchos chocolates hasta que les dio dolor de estómago.
-Fin.
ESTÁS LEYENDO
La Orden De La Zanahoria Dorada
AventuraEn un mundo donde es regido por personas conejos dos amigos se embarcan en un viaje para poder limpiar su nombre después de haber sido incriminados por crímenes que no cometieron. En este inesperado viejo ellos descubren que son parte de una orden l...