One Shots 5-Parts

¡GLOTONA!

Raciones Incontables

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[¡GLOTONA]

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20 de diciembre de 2037

Itsuki Nakano, una bella chica de tez blanca, un par de ojos azules que alumbrarían hasta la noche más oscura y una bella cabellera rojiza estaba apresurada, a sus 18 años se movía como si fuera el día de su boda. Después de arreglarse un poco y de atravesar como una lunática por todo el apartamento a la vista de sus cuatro hermanas las cuales no pudieron evitar reírse al ver que su hermana no paraba de repetir cada cinco minutos lo mismo asegurándose de que no le falte nada. Se vio en el espejo para corroborar que su vestimenta fuera óptima.

Un suéter de color beige el cual era cubierto por una gabardina de tono rojizo al igual que su bello cabello, para cubrir sus finas y delicadas piernas se vistió con unos pantalones marrones los cuales eran acompañados con un cinturón delgado del mismo color, cuya chapa brillaba de un tono dorado. Estaba lista para aquella ¿Fría noche?

Al repetir por decimoquinta vez suspiró dejando salir sus preocupaciones.

—Cre-creo que no me falta nada —dijo en un suspiro la pelirroja—. Es-espero verme bien, no quiero arruinarlo.

Una de las chicas presentes se levantó del asiento desde donde antes observaba correr a su hermana como una empedernida, camino hasta ella y le dio un leve golpe en la frente sacándole un quejido.

—¡Auch! Nino ¿Por qué me golpeaste? —preguntó Itsuki mientras se sobaba la frente.

—Deja de perder el tiempo, te ves bien, Itsuki —la segunda mayor sacó del bolso de sus dos pequeñas estrellas de color amarillo, y se las puso en el cabello a su hermana menor—. Apuesto que mamá estaría orgullosa de ti, así que ahora ve con él, es su noche, ¿no es así? No lo hagas esperar.

—Nino... ¡gracias!

—No agradezcas, mejor cuéntanos como salió cuando acabe tu aniversario —Nino le dio una bella sonrisa a Itsuki la cual asintió con un pequeño sonrojo—. Mándale saludos de mi parte.

—Suerte, Itsuki —apoyó la cuarte hermana, Yotsuba con una gran sonrisa.

—Espero que la pases bien, Itsuki-chan —la mayor de todas, Ichika estaba realmente feliz por su hermana, aunque se controlaba a la hora de demostrarlo.

—Itsuki —la chica de cabellos castaños rojizos llamó a la menor de todas—. Ve antes de que él empiece a comer sin ti.

Las hermanas empezaron a reír salvo por la pelirroja que tapó su cara de la vergüenza con su bolso, sin previo aviso las cuatro hermanas que planeaban pasar la noche en su hogar se acercaron a la pelirroja por la espalda y la movieron entre todas ellas hasta la puerta.

—No lo hagas esperar más —dijeron las cuatro al mismo tiempo.

—¡S-sí, adiós chicas, nos vemos luego! —se despidió mientras agitaba la mano en señal de despedida.

Cuando llegó hasta al ascensor oprimió el botón que la llevara hasta el piso uno, la música que emitía durante su pequeño trayecto entró en escena, Itsuki, que llevaba más de dos años viviendo en aquel lugar ya se sabía de memoria cada parte de aquella melodía. Un sonido le notificó que ya estaba en el piso uno y salió de ahí.