Ocultándolo.

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Me encuentro en mi cama hablando con Robbie por mensaje.

Sonrío.

Después de varios días de insistencia, al fin me dio su número.

¿Por qué no me lo quería dar?

-¿Con quién hablas? -escucho por detrás mío.

Me giro y me encuentro con Dipper sonriente recargado en el marco de la puerta.

Escribo un "me tengo que ir, te mando mensaje luego" como despedida y guardo mi celular.

-Nadie importante. -respondo mientras me levanto y me dirijo hacia mi armario- ¿Ya estás listo?

Él nota que quiero cambiar de tema y me sigue la conversación.

-Sí. ¿Cómo me veo? -dice mientras da un giro sobre sí.

Lo analizo.

-Creo que una chaqueta de mezclilla te quedaría mejor que esa sudadera.

Él guarda silencio por un momento.

-Agh, lo sabía. -finaliza lléndose de la habitación- Me avisas cuando acabes de cambiarte.

Bufo y me concentro en lo que me pondré.

¿La razón?

Wendy nos invitó a pescar.

Lo sé, a pescar. ¿No es extraño?

¿Por qué no una película? O una comida, yo qué sé.

Suspiro y me pongo un suéter rosa con negro para ya salir de la habitación.

-Ya puedes pasar a buscar tu chaqueta. -aviso en lo alto desde la cocina.

Alcanzo a escuchar un "Bien" desde la sala por su parte.

-¡Bien! ¿Quién está listo para una tarde de pesca? -exclama Wendy entusiasmada entrando por la puerta principal.

Alzo mi mano en forma de apoyo mientras le doy un sorbo a mi café.

Dipper no responde. Debe haberse ido a cambiar la sudadera.

-Si puedo preguntar... ¿por qué a pescar? -sinceramente, la duda me carcome.

Ella mira al techo pareciendo pensar un poco.

-No lo sé. -me responde después de un rato.

Me resigno a suspirar y a levantar la cafetera.

-¿Gustas? -le cuestiono.

Ella me sonríe.

-Te lo agradecería mucho.

Asiento y tomo una taza.

Estoy vaciando el café cuando un fuerte golpe en el techo me hace desviarme y que este caiga sobre mi mano.

De un momento a otro, dejo caer la cafetera, rompiéndose.

-Carajo...

Wendy salta la barda de la cocina para llegar hacia mi.

¿Es tan difícil rodear? ¿Qué sucede con ese dramático movimiento parkouresco?

-Oh por dios, ¿estás bien? -me cuestiona rápidamente preocupada mientras toma con suma delicadeza mi mano herida.

-L-La cafetera...

-¡Eso no importa! -me interrumpe- ¿Estás bien?

Inhalo profundamente buscando calmar el ardor.

Ella parece darse cuenta de lo que hago y rápidamente abre la llave del agua y mete mi mano debajo de ella.

-Agh

Ella me mira con preocupación por el quejido que solté sin querer.

Baja su mirada.

-Lo lamento, debí haberte dicho que no o servirme yo misma. -me dice sin mirarme y cerrando la llave del agua.

-Vamos, no empieces. -digo con agobio- Esto no fue tu culpa y lo sabes. Juro que algún día me desharé de esos mapaches que osaron causar que la gran Mabel se quemara la mano.

Ella suelta una pequeña risa por lo que dije al final.

Yo sonrío complacida al ver que se encuentra más relajada.

-Vamos, deja te vendo la mano. -finaliza llevándome a la sala.

Me siento a esperar en el sofá y después de un rato, ella vuelve con vendas y una pomada en mano.

Me sonríe y le respondo.

Se agacha para tomar mi mano y comienza a untar suavemente la crema.

Duele más de lo que creí.

-Perdona, lo hago lo mejor que puedo. -me dice pareciendo ver mis expresiones.

-N-No, hasta el contacto del aire me arde. Te lo agradezco.

Ella me sonríe nuevamente, guarda la crema y comienza a vendarme la mano.

Luce tan concentrada...

Al instante, sacudo mi cabeza queriendo desaparecer esos pensamientos que me comienzan a arribar en el momento en el que ella se pasa un mechón de su rojo cabello detrás de la oreja.

Suspiro.

Realmente esto es un problema para mi salud mental.

-Listo. -dice, sacándome de mis pensamientos.

Estoy por agradecerle cuando siento sus suaves labios hacer contacto con mi mano aún por arriba de la venda.

Estoy segura de que estoy sonrojada, porque siento mi rostro arder al instante.

-G-Gracias.

Hay un silencio en el que intercambiamos miradas.

Me mira... extraño.

Podría jurar que... no, ella quiere a Dipper.

Estoy tan loca por ella que comienzo a inventarme que me mira con un cariño y afecto más allá de la preocupación por una simple amiga.

Ella se acerca a mi rostro y yo... no retrocedo.

¿Tendré algo en la cara?

-Mabel, yo...

-¿Mabel? No puede ser. -interrumpe Dipper- ¿Qué te sucedió?

Wendy suspira y me lanza una mirada que no logro descifrar antes de salir a llevar las cosas a su lugar.

-Estoy bien. Me quemé un poco, es todo.

Él me abraza.

Aún por encima de su hombro, puedo visualizar a Wendy acomodando la crema en aquel estante.

Alta, delgada, linda...

Cierro con fuerza mis ojos mientras correspondo el abrazo de mi hermano.

Carajo.

¿Son mis sentimientos... erróneos? | Wendy x Mabel |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora