CAPÍTULO 21

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(Narra Saotome)

Estaba de camino a nuestro cuarto, preparada para darle su desayuno sorpresa a Ririka, pero mientras abría la puerta lentamente me di cuenta de que no estaba ahí.

Mary: Ririka?- Pregunté extrañada.

La cama estaba vacía, sus zapatillas no estaban en el suelo y mi chaqueta de lana había desaparecido de la banquilla del tocador.

Me parecía algo extraño, pero no me preocupé. Pensé en donde podría estar Ririka, y el primer lugar que vino a mi mente fue el jardín. No porque Ririka me hubiese dicho algo sobre esa zona ni mucho menos, simplemente tenía la sensación de que ella estaría ahí.

Y así fue.

Tan pronto como llegué a la parte de abajo de la casa vi por las ventanas del recibidor a Ririka.

Abrí la puerta y salí, con cuidado de no hacer mucho ruido para darle una sorpresa.

Estaba apoyada contra el respaldo de una silla, completamente quieta mientras admiraba unas mariposas bailando alrededor de macetas llenas de las flores más bonitas que había visto en mucho tiempo.

Mary: No sabía que te gustasen tanto las mariposas.-dije para sacarla de sus pensamientos y sorprenderla de cierta forma.

Ririka: Ahh!- exclamó dándose la vuelta.

-Oh, vaya, Mary, no sabía que ya te habías levantado, y...

Ririka dejo de hablar y posó su mirada sobre la bandeja que llevaba.

Ririka: Eso se ve fantástico!!!

de verdad lo has cocinado tú?

Mary: Oye!

Ririka rió suavemente.

Ririka: Era broma tonta! Sabes que amo tus tortitas.

Mary: Eso espero...-dije tratando de sonar ofendida, pero la forma en la que Ririka me estaba mirando, como si estuviera a punto de echarse a reír pero de una manera increíblemente dulce dificultaba un poco las cosas.

Verla así era la mejor sensación del mundo. Como un rayo de sol en un día de invierno, me reconfortaba y alejaba cualquier pena de mí.


No hay escape para el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora