Pepa Miranda subinspectora de la Comisaria de San Antonio vive el día a día con resignación a un año de la muerte de su esposa Silvia, con la única esperanza de volver a verla algún día fuera de este plano terrenal.
Lo que Pepa no sabe son las sorpr...
En un piso ubicado en el centro de Madrid un despertador sonaba anunciando el comienzo de un nuevo día. Pepa Miranda con rápidez estiro su brazo hasta apagar el despertador que en ese momento marcaba las 7 de la mañana , una vez apagado el despertador Pepa abrió los ojos y rápidamente dirijio su mirada al retrato que tenia en su mesita de noche ahí , junto a ella.
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Pepa: ¡Buenos días pelirroja! Pues hoy comienzó un nuevo día , extrañandote como siempre desde que te fuíste Luego de decir estas palabras Pepa beso con infinito amor el retrato y lo volvió a colocar en su mesita de noche para después tomar una ducha. Y es que aquella foto a la que Pepa le profesaba tanto amor , era la foto de Silvia, su princesa , su pelirroja el amor de su vida, aquella a la que Pepa le arrebataron hace un año en el día de su boda. Pero ya nada importaba ahora que ya pasó un año de la partida de Silvia Pepa ahora solo le quedaba el vivir su vida normal resignada a vivir sin el amor de su vida , solo con el recuerdo de Silvia ya habiendo vengado su muerte ya no había nada más que hacer más que esperar el día en el que la vida las vuelva a juntar y esta vez para siempre. Y esa misma mañana Pepa salió de su casa dispuesta a enfrentar un día más sin Silvia , sin imaginar las grandes sorpresas que el destino le tiene preparado.