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Justo como Tony había imaginado, su padre la estaba esperando al llegar a casa. Y no se encontraba solo, con él estaba Strange.
Su padre había prometido encargarse de las reparaciones del auto del doctor. Pero eso no era suficiente para el ego herido del mayor. Había convencido a su padre de que Tony debía reparar los "Daños y prejuicios" en su contra...

Y así es como había llegado ahí, al penthouse del doctor, a esa situación que se prometió no volvería a pasar.

Strange se acercaba lentamente a la cama donde Anthony se encontraba. Verlo atado por las muñecas, desnudo e indefenso mando un pulso eléctrico de extinción a su pene, poniéndolo semi erecto.

Ese chiquillo mimado pagaría por todo lo que hizo, no sólo destruir su preciado auto, principalmente esa tontería de "novio" que tenía a sólo unos días de haber terminado su relación.

Con el látigo en la mano acaricio las bien torneadas piernas del castaño. Este las movió intentando alejarse de él. Tantas noches habían disfrutado esos juegos de dolor y placer y ahora se convertían un castigo.

¿Que pensaría su buen amigo Howard si supiera que tendría a su preciado hijo gimiendo bajo él en unos minutos?

Dejo el látigo en la cama. Subió a ella y tomó a Anthony de las caderas. El pene del chico comenzaba a despertar, y el propio ya se encontraba totalmente erecto.

Con un diestro movimiento Strange lo giro dejándolo de rodillas en la cama, con el pecho recargado a la cabecera y el trasero levantado.

Tony sintió el látigo recorrer sus piernas y estamparse en sus glúteos con fuerza. Intento no gémir ante el acto pero su cuerpo lo traicionó soltando un lascivo sonido entre exitacion contenida y dolor.

Los golpes se repitieron un par de veces más, sus glúteos se encontraban rojos y sensibles, su pene erecto y chorreando, mientras que su entrada palpitaba con la anticipación de lo que vendría.

Escucho tras de sí a Strange soltar el látigo que cayó al suelo, bajarse el cierre del pantalón y gruñir al comenzar a acariciar su propio miembro.

Un frío líquido se derramó entre sus nalgas provocando un placentero escalofrío en todo su cuerpo. Sus manos quedaron libres y en un instante ya se encontraba siendo alzado por el doctor. Instintivamente lo rodeo con sus piernas y se sujeto de su cuello.

Strange no podía contenerse ni un instante más, penetro al chico en un movimiento rápido, y atacó sus labios con hambre mientras se movía desenfrenadamente sujetando con fuerza los glúteos que había castigado momentos atrás.

Tony gemia descontroladamente y sin pudor mientras le clavaba las uñas en la espalda. Ninguna posible marca importaba más que estar de nuevo dentro del castaño y escucharlo gemir de manera tan lasciva.

Lo lanzó contra la cama, empujándo su pecho contra el colchón, le levantó las caderas y siguió penetrando salvajemente.
Tony seguía gimiendo debajo de él.  En cualquier momento el chico llegaría a su órgasmo, pero no sería el único de la noche.

Con un par de estocadas Anthony derramó su semilla sobre el colchón y Strange al escucharlo gruñir y sus paredes internas apretarse en torno a su pene se derramó dentro del castaño.

Lo volteo bruscamente para quedar frente a frente. Anthony respiraba bruscamente, sostuvo su barbilla con fuerza y le susurro sobre los labios.

.- Eres mio Anthony y ningún noviecito que te consigas te hará gemir como yo.