Prólogo

289 32 0
                                    

--Eso es todo lo que tengo --Respondió con el entrecejo fruncido y la voz tranquila, mirando fijamente el cañón del arma que le apuntaba al pecho. Tenía miedo pero sabe que lo peor que puede hacer en este momento es volverse loco.

El ladrón fruncía el ceño ante el poco efectivo y el celular tan viejo que maneja el chico frente a él. Sin saber si era real lo que estaba viendo o simplemente se trataba de un truco para que no le robaran las cosas  de verdadero valor.

--No puedes andar en la calle con esto --Recrimina, sintiendo que en realidad se trataba de una broma.

--Eso es todo lo que llevo --Volvió a decir, frunciendo más el ceño al ver como el arma se acercaba más a su cuerpo, no le importaba perder cincuenta mil wones, no era demasiado dinero realmente, pero aún así era su dinero. 

--¿Qué eres? ¿Un niño dominado por sus padres? --Lo había estado observando salir de aquel restaurante, sabía que trabajaba de mesero, y era consiente que no podría ganar cincuenta mil wones por ese trabajo mediocre, sino lo traía encima lo debía manejar sus padres, no era tampoco como que se viera como alguien viejo, quizás veinte años como mucho podía darle.

--No tengo padres --Aclaró, conteniendo sus ganas de suspirar de la frustración, estaba cansado.

--Oh, vamos hombre, ¿te quieres pasar de listo? --Amenazó, disparando justo al lado de su cuerpo, tragó en seco ante el sobresalto. La sonrisa del hombre frente a él se hizo más espesa, él sólo tuvo escalofríos al ver esa sonrisa-- Si no tienes padres, nadie llorará por tu cadáver entonces --El hombre volvió a apuntar el arma sobre su pecho.

Cuando sintió el cañón del arma sobre su pecho, sintiendo el frío metal contra su camisa, cerró sus ojos esperando su inminente final, no podía luchar con el escuálido cuerpo que tenía, no tenía masa muscular y de hecho era más delgado de lo normal. No serviría de nada.

Esperando recibir el disparo en aquel callejón desértico, sintió el peso muerto del hombre.

Exaltado abrió sus ojos, viendo que el hombre que estaba a punto de matarlo, estaba inconsciente, su peso era demasiado, sentía que se caería con el cuerpo, por lo que lo soltó y se corrió rápidamente.

Jadeante ante la situación, volteó a ver al hombre que lo salvó.

Cabello rojizo como el de una manzana, y una altura promedio, eso es lo que llegaba a ver a pesar de la oscuridad del callejón.

--¿Estás bien? --Preguntó, dejando caer la madera que traía en sus manos para noquear al hombre. Él sólo pudo asentir, sintiendo todavía aquel nudo en su garganta. El chico suspiró mientras se agachaba para examinar al hombre-- Deberías presentar cargos contra este sujeto mientras aún está inconsciente --Recomendó, pasándole el dinero que el ladrón había tomado antes.

--Si, gracias por tu ayuda --Agradeció inclinando su cuerpo, con total respeto, con sus piernas temblando ligeramente, aún estaba conmocionado, pero intentaba ocultarlo. El chico frente a él lo notó.

--¿Quieres ir por un café para relajarte? Yo invito, casi pudiste haber muerto, debes estar asustado --Lo pensó, era un café gratis, con su economía, no le molestaba en lo absoluto.

--Está bien --Respondió, suspirando.

--Genial, yo soy Cale --El chico pelirrojo se presentó finalmente, levantando su mano hacia él.

--Yo...

Espacio Vacío [TCF]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora