Capítulo 5.

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-Vamos bebé, diviértete un poco, no seas aburrido, todos lo hacen. -Murmuró el ojiverde, poniendo sus manos en la fina cintura del castaño.- Olvídate de todo por un momento.

-No Hazz. Ya te dije que yo no soy fiestero, no bebo, no me gusta, ni me gustará. Eso es malo. -Negó con la cabeza, algo nervioso por la cercanía de ambos.-

-¿Cómo sabes qué es malo si nunca lo haz probado? -Levantó una ceja, acorralándolo contra la pared más cercana, pegando su erección contra el menor, mientras que le rozaba el cuello, con la nariz.-

-M-Me l-lo dijero-n. -Tartamudeó al sentir las caricias del mayor en su cuello. Ese era su punto débil, y le causaba excitación, pero no se daba cuenta.

-Ven cielo, confía en mí. -Se separó y tomó su mano, sacándolo de ese lugar.-

Para llegar hasta donde estaban las bebidas, tuvieron que empujar a varios calenturientos, que estorbaban en el camino. Mientras se movían, la bonita corona de Louis, se quería mover de su lugar, para caerse y ser pisada por todos. Levantó su pequeña y delicada mano y la puso sobre su cabeza, para que evitara ir al suelo.

Cuando estuvieron ahí, se encontraron con Deck, el encargado de las bebidas. Los saludó con una sonrisa. Pero al ver a Louis se le acercó a coquetearle. Lástima que Harry se dió cuenta y lo agarró posesivamente, marcando territorio.

-Deck, una jarra de cerveza, la mejor, ya sabes. -Su tono de voz era diferente, el menor lo observó y sonrió. El muchacho se dió cuenta y le devolvió la sonrisa. Ambos escucharon el sonido de un jarro, y estaba su cerveza.

-Ten, Lou. -Le extendió la bebida y la probó. Hizo una mueca de asco y suspiró.- Esto sabe malo. -Murmuró y levantó el brazo con brusquedad, tomando todo el líquido.-

Las horas pasaron y Louis ya llevaba nueve jarros de cerveza. El mayor no podía detenerlo, hasta que se le ocurrió una idea. Lo cargó como un saco de patatas hasta la salida. El pataleaba y se quejaba, llamando la atención de los que se encontraban en la pista. Avanzó y se golpeó contra el letrero de salida, y su corona cayó. Se inclinó y tomó la corona, volviéndole a pegar en la cabeza. Rió el ojiazul, por lo borracho que estaba, y el otro negó con la cabeza. Llevándolo a su auto, para dejarlo en casa.

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⏰ Última actualización: Apr 03, 2015 ⏰

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El chico de la corona de flores (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora