Ella era sencilla, tanto que dolía. Dolía su inmaculada inocencia, disfrazada detrás de esa máscara de mentiras, detrás de esas botas de veinte, dieciocho centímetros. Detrás de esas prendas vulgares, que le exigían en el antro de atrocidades que llamaba trabajo.
Gabrielle, de 21 años, era una de las prostitutas más pedidas en un club Hellfire, llamado Demons. Nunca de pequeña hubiese imaginado que su cabello rojizo ni sus ojos grises aceituna hubiesen cautivado a tantos hombres de poder de Seattle.
Aunque fuera una de las más pedidas, el trabajo de Gabrielle no se centraba en complacer sexualmente a los clientes, actuaba como bailarina. Por supuesto, si algún cliente quería su trabajo sexual, tenía que pagar una cantidad exuberante de dinero.
Nadie se imaginaba la cantidad de dolor, miedo e inocencia que se escondía tras las grandes capas de base, entre otros productos.
A sus catorce años, Gabrielle perdió a su madre, perdiendo todo ejemplo de lo que una dama debe ser en sociedad.
Su padre, que solía arremeter contra ella frecuentemente. Nunca la tocó de la forma sexual, pero sus golpes abrasivos eran más que suficientes.
Quien diría, que una niña, que sólo unos años atrás, planeaba convertirse en una exitosa escritora, que se relataba a sí misma en cientos de personajes de cuentos infantiles.
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Propuesta.
En multimedia my queen<3
-R.
