Narra Harry.
Iba detrás de ella en mi bebé. Si, mi bebé es mi camioneta. Su nombre es Bonnie. No lo se. Adoro el nombre, si algún día tengo una hija, se llamará así. No se por que. Pero será. En fin. Me dispersé. Gabrielle conducía realmente bien. En mi radio resonaba una especie de remix de Hardwell o algo así. Cuando suena mi celular.
-Donde carajo te metiste, Harry. - Mierda, tenía reunión con los publicistas hoy. - Te hemos estado buscando por todos lados. ¿qué no respetas ni siquiera el tiempo ajeno?
-Si, si. Me están mostrando el campus. ¿No le pagas a la puta de tu vicepresidenta para hacer esas cosas? - La vicepresidenta de papá. Marienne Boutière. Unas tetas. Y unas piernas. Que sólo se mueven por su necesidad imperiosa de follar.
-Espero que no me estés mintiendo. Esta compañía quedará en tus manos en lo que te gradúes, hijo. Hablamos de esto en Navidad. Ya estamos a un mes después. Ya viene siendo hora de tomar las cosas en serio.
-Hablamos luego, papá. Mi compañera está hablando, y no le estoy prestando la debida atención.
Colgué el teléfono. Papa se acostaba a menudo con Marienne. Era algo común. Mientras mi madre se consumía en alcohol y drogas en algún bar de mala muerte en Tennesee o Phoenix, el se desahogaba con ella. Llegamos al conjunto de casas de Gabrielle. Digo, donde vivía. Era una bonita casa de dos pisos, no muy grande. Pero estaba bien cuidada y tenía espacio para dos autos. Estacionó su imponente Explorer. Y yo me estacioné a su lado. Ella me arrojó una fresca sonrisa al bajarse a abrir su casa. Dios, era tan bonita.
Una gran puerta de cerezo residía frente a mis pies. Abrió la puerta, y empujó con sus pies algo que no alcancé a ver. Lo arrastró hacia detrás de una biblioteca gigante. Me puse a detallarla. Estaba clasificada por autores. Y no había ni una sola mota de polvo, ni una sola página arrugada. Había un pequeño contenedor de vidrio, que tenía diferentes separadores de páginas. Resaltaba uno. En forma de guardapelo, era una foto.
-¿Quieres el café negro o con leche? - Volteó a verme con sus bonitos ojos aceituna.
-Negro. Pero dulce, dos de azúcar.
-¿Dónde estarán metidos Rohan y Athos? - Balbuceaba para sí misma. Me tensé ante los nombres masculinos, ¿alguno será su novio?. Me sacó de mi ensoñación en el momento en el que se dio dos golpecitos en el muslo. Casi inmediatamente un bulldog inglés y un alaskan malamute se apoyaban desesperados en su dueña, que se había puesto de rodillas. Dirigió sus ojos hacia mi. E inmediatamente los dos perros se dirigieron hacia mis muslos.
-¡Rohan! ¡Athos! ¡Basta ya! - Dijo con voz firme. - Harry, te presento a Rohan... - Señaló al bulldog. - ...y a Athos. Ambos los machos de la casa. Y la razón por la que tuviste que ayudarme a cargar esas bolsas. Ven, siéntate. Ya esta tu café. Tengo la azúcar en un frasco. Tu le pones lo que desees.
Y nos dirigimos por el cálido piso de parqué hacia un arco de esos, que tienen una mesa en medio. La mesa era de granito verde. En total contraste con el resto de la casa, la cocina era predominada por los colores fríos. Con blanco, negro, gris y jade.
-El término correcto es isla.
-¿Disculpa?
-La mesa, el término correcto es isla. - ¿Me estaba leyendo la mente o como?
-Es muy bonita. Tienes buen gusto.
-¿Y cómo llegó el señor "Dios salve a la reina, sexo, tabaco y alcohol" a el pequeño poblado de Seattle?
-El negocio de mi padre me trajo. Vivía en Cambridge de hecho. Pero. Mi vida es muy sencilla. Reuniones de dinero. Gran sociedad, ya sabes. Los hijos de los empresarios son vendidos, cual si fuese una extraña novela de las Brönte. Yo me destaco por mi facilidad al comunicarme y mi habilidad para las matemáticas. Pero. Cuéntame sobre ti.
Se tensó.
-Bueno. No hay mucho. Soy realmente de Baltimore. Soy asistente de guionista. Y ya. Eso es todo.
-Háblame de tu gusto musical, Miss Baltimore Crabs*.
-Fanática empedernida de The Pretty Reckless. Muse. Tame Impala. Kiss. Y The Beatles. Listo, resumí toda mi discografía que realmente vale la pena. Lo demás sueña en la radio.
-Muy bien. ¿Y en la cinematografía? ¿Literatura?
-Doy mi vida por una buena película de Hitchcock o Guillermo Del Toro. Estoy perdidamente enamorada de Del Toro. Pero... - Comenzaron ambos perros a ladrar impetuosamente hacia la puerta. Ella se levantó, vio por la mirilla, y me dijo que esperara un segundo. - Domn, ¿Qué rayos haces aquí? Estoy con alguien adentro. Un amigo. No, no es mi novio. ¿Les importaría venir en una hora? Bieeeen, gracias Domn, te adoro. -Dicho esto entró.
-¿Tu novio? - Si, Styles. Va a dejar de ver a su novio por ti.
-Ah, no. Mi jefe. Tengo unas cosas de el. Y tiene que buscarlas. Ahora. ¿En dónde estábamos?
-En qué son las mejores galletas que he probado en mi vida.
-Las horneé yo. Son de canela y nuez de macadamia.
-Están buenísimas. Y dime, compartimos una clase, pero. ¿Qué es lo que estudias?
-Literatura.
-Bien. - Oh oh, silencio incómodo aproximandose. Y ahí está. - Oh, déjame que yo lavo los platos.
-De acuerdo. - Levanté su taza y la mía. Mientras levantaba la taza de color verde que era de ella, la mía cayó al piso, quebrándose en millones de pedazos.
-Oh Dios no, te juro que te la pago. Es más, ¿Dónde la compraste? Te conseguiré dos iguales. Juro que lo siento.
Narra Gabrielle.
Parecía haber entrado a un estado de nerviosismo extremo. Se tomaba las puntas del cabello desesperadamente. Estaba asustándome realmente.
-Tranquilo, Styles. Tengo un par de cada una. Por sí una se rompe.
-¿Es en serio? Oh por Dios. Princesa, estaba teniendo un ataque de pánico.
-¿Puedes dejar de llamarme princesa? No sabes lo confuso que es.
-¿Te pongo nerviosa? -Una sonrisa coqueta cruzó por sus labios.
-Digamos que bastante. - Dije, con una sonrisa coqueta. ¡¿QUÉ MIERDA?! Bonnie-Lynn había tomado parte en la situación.
Holaaa. Aquí ya' momma.
Se que esta corto, y no es el mejor. Pero, espero que entiendan, que hoy era el estreno de la 5ta Temporada de Game Of Thrones (Mátenme, amo esa serie.)
Prometo que el próximo capítulo será mejor:(
(Athos en Multimedia)
PD: ¿Alguien notó la ironía del nombre de la "bebé" De Harold?
IRONIIIIIIIIIIIIIAAS DE LA VIDA.)
*Miss Baltimore Crabs: Premio a la belleza en Hairspray*
-R.
