Figuraba las huellas de sus Converse sobre la espesa nieve en una mañana por las calles de Nueva York. Las luces entre las edificaciones monopolizaban su vista, el título del estreno de otra película navideña tonta y sujetos vestidos de Santa Claus para recaudar dinero para caridad hacían ruido su camino hacia el hospital.
Ash salió de su segundo trabajo del día y llevaba consigo sopa instantánea y unas manzanas en su mochila. Las metería de contrabando en el hospital para que su hermano Griffin pudiera comer algo distinto que esa comida insípida que servían.
La hospitalización lo tomó por sorpresa hace dos días atrás. Griffin fue atropellado después de salir de su trabajo como asesor financiero en una empresa. Cuando le avisaron, él estaba en la Universidad. Poco le importó si ese día tenía examen, Ash se apuró hacia donde fue internado y solo pudo respirar tranquilo al saber el diagnóstico: una pierna quebrada, una contusión cerebral e hipoacusia temporal en su oído derecho. Por lo general el tratamiento que le administraban estaba respondiendo correctamente pero tenía que estar en observación.
Aunque eso no disipaba la preocupación que sentía. Las facturas iban en aumento, lastimosamente el caso del accidente sigue en investigación y aún no pueden hallar al responsable para que pague los daños y perjuicios.
Por eso mismo, tomó dos trabajos para apaciguar un poco con los gastos y no quedarse sin ahorros. En la vida, solo estaban Griffin y él, el resto de su familia no existían para ellos.
Aunque en su primer trabajo, ser Papá Noel en el centro comercial, no vio al asiático otra vez. Quizá haya sido una paranoia.
Al entrar a la habitación de su hermano, Ash quiso demostrar una buena cara al dejar a un lado todos sus problemas.
—Hey, Griffin.
El aludido estaba en una camilla, conectado a suero a través de intravenosa y su pierna estaba alzada con una almohada especial. En la mesita de al lado había globos y flores de mejórate pronto.
—Aslan, hermanito... — sonrió con dulzura. —. ¿Cómo te fue?
El rubio se sentó en la silla acolchada que ha sido su cama, su escritorio de estudio y de tareas durante el tiempo que Griffin ha estado en el hospital. El mayor le ha dicho que descanse en su apartamento pero Ash se ha negado rotundamente.
—Lo normal, como siempre. Los niños siendo demonios, los clientes siendo groseros conmigo al ver que no tendrán su pizza gratis y el profesor Thomas queriéndome poner una baja calificación y no puede.
—¿Ya eres mejor Santa Claus? — se mofó. —. Max me envió la fotografía que te tomaron junto a su hijo. Te ves muy lindo en ese traje.
Ash encogió sus hombros y se ruborizó. Dio gracias al cielo que estaba a espaldas de su hermano.
—Michael es un amor... Jessica lo está criando bien.
—Oye, Max también lo cuida bien. —amplió su sonrisa.
—Como sea, es una suerte que no haya heredado nada de ese viejo.
—Ay, Aslan...
Griffin dio una pequeña carcajada. Max ha sido un buen amigo desde que comenzó a trabajar en la empresa. Él lo ha apoyado en todo lo posible, e incluso con un poco de los gastos hospitalarios. La relación entre Ash y él era... especial. Ambos se querían pero actuaban como si no lo hicieran.
Por su parte, Ash se percató que habían algunas frutas y flores frescas en la mesita. La creciente y cálida felicidad la sintió en su corazón al saber de inmediato quien fue el emisor. Aún con la responsabilidad de su familia, Max se preocupaba por ellos.
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Los días antes de Navidad
Fanfiction¡TERMINADO! Una navidad no planeada une el corazón de dos extraños. -Pareja principal: Asheiji -Capítulos cortos. -Universo alterno. -Intento de fluff y comedia. Dedicado a @Tsundere_Kitty. Créditos a la portada a Yasuko: https://twitter.com...