𝓔𝓼𝓮 𝓮𝓷𝓽𝓸𝓷𝓬𝓮𝓼

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Querid@ lector@, solo quiero que sepas que está historia trata algunos temas que podrían ser algo sensibles, cualquier cosa queda bajo tu responsabilidad así como también espero que sea de tu agrado, dime en los comentarios que te parece, los leo ^^

Todo en mi cabeza estaba dando vueltas, mis padres gritaban y decían palabras hirientes mutuamente, no quería estar ahí, quería huir pero, simplemente no podía, no tenía el valor, yo era un cobarde.
Me escondí debajo de la cama de mi habitación, ese ligar Siempre hacia que me mantuviera seguro. Me escabullí suavemente, el olor a polvo entraba a mi nariz, aquel espacio reducido me hacía sentir seguro, era mi fuerte, sentía que nada podía pasar esas maderas.
Lágrimas salían de mis ojos, mis mejillas se calentaban, lo único que podía oír eran gritos, cosa que no me agradaba.
Rayos, realmente deseaba que terminara.

Perdí la noción del tiempo y me quedé dormido, al poco tiempo, escuché la puerta de mi habitación abrirse suavemente, el rechinido de está me hizo sentir un poco de pánico, no sabía quién entraría por aquella puerta o que pasaría, en ese momento yo tenía muchos pensamientos, mi cabeza daba vueltas y comenzaba a imaginarse varios escenarios.
Fue ahí donde posiblemente todo había empezado.
-Hijo?- sonó una voz dulce y tranquila, era mi madre- Estás aquí?.
Me deslice por debajo de mi cama.
-Mama?
-Ah, hijo, hola eh, estás bien?, Porque estabas debajo de tu cama?
-Nada más, habían muchos ruidos y debajo de mi cama me siento bien.
Los ojos de mi madre se pusieron brillosos, su voz quebró un poco y su sonrisa era forzada.
-Que tienes mami?
Mi madre me sonrió, pude sentí un poco de sus sentimientos, ahora quería llorar pero no podía.
-Nada, solo estoy feliz de que estés bien.
Me abrazó con delicadeza y salió de la habitación cerrando lentamente la puerta, sus manos de dezlisaban por está, me percate que tenía golpes o eran como marcas rojas en sus manos y parte de su brazo.
¿Talvez hubo más que solo gritos?
Cuando una persona está molesta puede hacer cosas que los lastiman.

🍃🍂

A la mañana siguiente, me levanté más temprano que de costumbre, tenía 2 horas mas de tiempo, podría tomar ese tiempo para poder alistarme con calma antes de ir a la escuela, aunque también me hubiera gustado dormir un poco más, no podría, estaba pensando mucho en mi madre. Pensaba en sus brazos, en esas marcas.
Pasaba el tiempo pero era esperar demaciado.
Comencé a jugar mi Nintendo para que el tiempo pase más deprisa, y así fue, rápidamente mi madre llegó al cuarto después, se sorprendió mucho al verme despierto tan temprano y ya estando listo para la escuela.
Mi padre ya se había marcado al trabajo. No me di cuenta de cuando salió de la casa, es de esperarse ya que nunca decía nada, solo desaparecia y se volvió muy normal.

Llegamos a la Escuela Primaria, estábamos a mediados del año y me hiba bien, mis calificaciones también eran muy buenas, y aunque casi no tenía amigos, me la pasaba bien.
Mi madre se despidió de mi con un beso en la mejilla.
-Te quiero mucho y cuídate porfavor.
-Si mami, te quiero <3
Entre a las instalaciones, todo era normal, fui rápidamente a mi salón de clases y espere a que los demás compañeros fueran entrando poco a poco.
Siempre tenía una sonrisa en mi rostro, prefiero eso, porque luego también las personas te sonrien y te sientes bien.
Talvez solo yo pienso eso, no estoy muy seguro pero me gusta esa sensación.
A los pocos minutos llegó un niño en silla de Ruedas.
Era extraño, realmente nunca lo había visto, pensé que podría ser nuevo y así era.
Obvio, claramente hiba a ser un niño nuevo si nunca lo habías visto.
Sus piernas eran un poco delgadas, más delgadas que las de los otros niños, tenía cabello un poco ondulado y corto, sus ojos olor avellana eran bonitos, sus labios eran de color rojo un poco apagado, no sonreía, solo tenía la mirada sería enfocada había abajo.
El se podría sentir extraño por ser nuevo aquí, es normal que no conozca a nadie.
Después de un tiempo entró la maestra am salón.
-Hola niños, como ha tan notado tenemos un nuevo integrante en el salón de clases.
La maestra era muy amable, sus cabellos lacios color castaño con mechones dorados, sus ojos grandes color verde, su tez blanca y sus labios rojos con mejillas rosadas, era una maestra muy buena. Era comprensible y atenta. Yo la admiraba mucho, quería ser como ella.
El niño no hablaba, la maestra movió su silla de ruedas casi al centro del salón, todos lo miraron y se apartaron.
El estaba detrás mío.
Mire hacia atrás, aquel niño estaba solo, todos se habían apartado de el, de alguna manera conocía ese sentimiento, la mayor parte de mis años en la escuela había sido como aquel niño.
Lo mire y el me miró.
Yo le sonreí y el solo apartó la mirada.
Entonces agarré mi silla y la moví cerca de su lugar.
-Hola, bienvenido a la escuela.-Moví la mano alegremente
-.....
No recibí ninguna respuesta.
-¿Cómo te llamas?
Seguí sin respuesta.
Acaso el era mudó?, De cualquier manera hablaría cuando deba.

🍃🍂

-Niños pueden salir al recreo, regresen al salón en 30 minutos, ¿de acuerdo?-Dijo mi maestra.
Viendo que era hora del recreo salí, al pico tiempo la maestra llevo la silla del niño afuera.
-¿Aqui estarás bien?
El niño asintió con la cabeza.
Ok, talvez no le guste estar solo?, Deveria hacerle compañía?, Lo vi, sus ojos se movían simplemente mirando a todos los niños jugando, miro sus piernas, se quedó mirando durante un Tiempo.
-Hola otra vez.
Me acerqué, quería ser como la maestra y lo hiba a ser. Tome valor para ir con el.
Todo los niños detrás de mi decían que era raro.
¿Raro?, ¿Por querer ayudarlo? O ¿simplemente talvez ser su amigo?.
Éramos niños de 7 años.
El me miró, sus palabras se negaban a salir de sus labios.
-Como te llamas? Yo me llamo Jaden mucho gusto.
-Eh, hola- hizo un gesto de nervios.
Habló, por fin escuché su voz.
-Oh valla, gracias al cielo puedes hablar jeje, aunque si no pudieras hablar no habría problemas sabes?
El niño forzó una sonrisa.
En ese momento sentí que lo estaba molestando.
-Lamento molestarte pero quería saber cuál era tu nombre, no me lo habías dicho.
Y si, el no me había dicho nada, me tuve que aguantar el pésimo sentimiento abrumador que era ser ignorado.
-Ah si, mi nombre es Abel.
-Mucho gusto Abel.
Lo miré un momento, ¿no podía jugar por su silla de ruedas?
-Que tal si te quitas la silla para que podamos jugar mejor?
Me sorprendía mi poco conocimiento, no lo culpo solo tenía 7 años en ese entonces.
-Eh, no, la necesito para poder moverme.
-Oh, debe ser un poco desesperante depender de una silla, pero no importa, creo que tengo una idea.
-¿Aun sin mi silla?
-Aun sin tu silla.
Le sonreí, su mirada brillaba, estaba muy emocionado.
Un juego con las manos deveria ser un poco suficiente para el poco tiempo que nos quedaba de recreo.
El típico juego del Tocadiscos.
- "Allá en Jalisco hay un tocadiscos que dice así, si te ríes o te mueves te pellizco y de pasada una cachetada y de pilón un coscorrón."
Tan pronto acabe de cantar nos quedamos quietos como estatuas, no aguante más y me moví.
Perdí ahora el me tendría que dar una cachetada, pellizcar y un coscorrón.
-Ahora debes hacer lo que dice la canción- le dije torciendo un poco mi boca por saber que perdí.
-No lo haré.
-Pero.. así es el juego.
-Pero no te conozco bien, ¿y si te duele?
-Estare bien- le sonreí.
Nada del otro mundo, fue delicado conmigo.
Sonó el timbre y regresamos al salón.

Esa sonrisa tuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora