04

3.6K 453 66
                                    

Amazonas, Actualidad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Amazonas, Actualidad

TODOS LOS QUE ESTABAN EN AUSTRALIA se encontraban ya frente a las tierras que pertenecían a Druig.

Kingo estaba al lado de Sage, tratando de quitarse un mosquito de la cara. El hombre había intentado hablar un poco con ella en el trayecto, pero no había caso, pues Sage no podía despegar sus ojos del dibujo que había hecho. Para tener el don del saber, se veía bastante en shock por toda la información que habían compartido con ella.

—¿Estás bien? —le preguntó él. Sage hizo una mueca y asintió.

—Sí, solo algo nerviosa —admitió, para luego volver a quedarse en silencio, como lo había hecho todo el camino. Tenía una rara sensación en su estómago que jamás había sentido antes; anhelo, y quizás un poco de añoranza. Pero no sabía de qué.

—Sabes, tú y yo antes éramos muy buenos amigos —dijo Kingo con una sonrisa, tratando de hacerla sonreír un poco.

No mentía. Antes de que la memoria de Sage fuera borrada, ellos siempre se la pasaban bien en fiestas, jugando con sus poderes cuando Ajak no estaba mirando, y molestando a Sprite. No de una manera ofensiva, por su puesto.

—¿De verdad? —Sage curvó sus labios en una pequeña sonrisa algo triste.— Ojalá pudiera recordarlo.

Llegaron a una pequeña pero hermosa aldea. Los habitantes ni si quiera giraron a mirarlos, todos estaban bastante sumidos en sus actividades cotidianas como para prestarles atención. Solo una mujer se acercó hacia ellos, llevaba un canasto en sus manos y una gran sonrisa en su rostro.

—Buenas tardes —saludó, para luego irse tan rápido como había venido.

—Buenas tardes... —comenzó a decir Sage, sin alcanzar a terminar de saludar. Frunció el ceño, pero no dijo nada más. Le parecía algo extraño como todos se movían como robots en ese lugar. Parecían programados para hacer ciertas actividades, nadie paraba de moverse ni de sonreír.

—Que bonito está aquí, señor —le dijo Karun a Kingo mientras grababa todo con su cámara.

—Son apariencias. Si no conoces, no temes —respondió Kingo, mirando su alrededor con desconfianza.

—Hola —saludó Sprite a uno de los hombres que estaba trabajando ahí.— Perdón, estamos buscando a Druig. ¿Sabes donde está?

El hombre la observó por unos segundos antes de responder.— Sí, ¿de qué conoces a Druig?.

—Somos... amigos —respondió después de dudar un poco.— De universidad.

Cuando el hombre giró a mirarla, sus ojos habían abandonado su color normal y se habían tornado en un color dorado hermoso, característico de la persona a la que estaban buscando.

—Hola, Sprite.

Las puertas del templo en el lugar se abrieron de par en par. Todos los habitantes de la aldea se habían reunido alrededor de esta, expectantes por ver a su líder.

𝑹𝑬𝑴𝑬𝑴𝑩𝑬𝑹 | 𝑬𝑻𝑬𝑹𝑵𝑨𝑳𝑺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora