Capítulo 3: Alfa y Omega

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Tal vez no había sido una buena idea.

Ni siquiera sabe porqué lo hizo, pero Harry ha enviado una de las fotografías que se tomó. Y la ha mandado justamente al alfa que se encuentra en la habitación que está frente a la suya.

No sabe de dónde salió eso, pero sabe que fue demasiado tarde para eliminarlo porque Louis lo vio segundos después.

Mierda, lo había visto. Harry quería ponerse a llorar.

Fue en un arranque de celos que tomó su celular y abrió el chat que tenía con Louis. Solo recuerda haber seleccionado la imagen y presionar "enviar". Pero cuando se dio cuenta realmente de lo que había hecho, sus manos comenzaron a temblar y la respuesta de Louis llegó más rápido de lo que esperaba.

Sus mejillas estaban hirviendo y el cuerpo entero le temblaba con nerviosismo. Oh, mierda. Mierda. Mierda.

El omega se paseaba ansiosamente por la habitación. ¿Louis se habría molestado? ¿Qué habrá pensado de ver la fotografía? ¿Le habrá gustado? ¿O lo habría comparado con alguna otra omega? ¿Creería que eso era de muy mal gusto? ¿Pensaría que era un ofrecido?

Casi inconscientemente comenzó a sollozar. Su omega se encogía apenado de haber ofendido al alfa. Desearía haberlo pensado bien.

Estaba mordiéndose las uñas cuando la puerta de su habitación fue golpeada suavemente y él quiso desaparecer del mundo justo en ese momento. Miró a todos lados, esperando encontrar un lugar para esconderse. ¿Podría meterse debajo de la cama?

—Harry... ¿podrías abrir la puerta? — La voz de Louis. No sabe porqué esperó escuchar a alguien más.

El omega comenzó a negar con su cabeza.

—Y-yo...eh...estoy un poco enfermo— mintió. Tosió un poco, esperando que el alfa se lo creyera.

Pero escuchó unas risitas del otro lado de la puerta que hicieron a su omega agitarse.

—Sé que eso no es cierto, te vi perfectamente sano cuando llegué— dijo en cambio. Harry ya había comenzado a llorar de la vergüenza. —¿Podrías abrir la puerta, pequeño? Por favor.

El omega de Harry, a pesar de estar muriendo de la pena, se sintió complacido con aquel tierno apodo. Harry soltó un chillido.

Eso alertó al alfa de Louis.

—Harry... abre la puerta por favor. Prometo no decir nada.

El castaño esperó pacientemente, escuchó suaves pasos que se acercaban y luego los brillosos ojos de Harry lo saludaron, él se tensó.

—¿Por qué estás llorando, lindo omega?— preguntó cariñosamente.

Harry estaba por echarse a llorar más fuertemente entre sus brazos. Abrió más la puerta de su habitación.

—¿No estás enojado con...conmigo? — sus labios formaron un puchero tan tierno que Louis se resistió a besar.

—¿Por qué estaría enojado contigo, pequeño?

—Y-yo...lo siento, siento mucho haberte incomodado— Harry sorbió por su nariz. —Fue un error, no quise hacerlo...no quiero que pienses que soy un omega ofrecido.

Louis levantó sus manos hasta tomar el rostro apenado de Harry, haciéndolo callar.

—No, no. Jamás podría pensar eso de ti— el alfa limpió con sus pulgares las lágrimas calientes que seguían saliendo. —No me incomodaste, Harry. Fue más bien...todo lo contrario.

—¿A qué te refieres? — preguntó con cautela. Sin darse cuenta que la distancia estaba disminuyendo entre ellos.

—A que, eres el omega más bello que he visto— declaró, con la mirada en sus labios. —Y estoy haciendo un gran esfuerzo para no sacarte esas lindas bragas que llevas y tomarte justo ahora.

Taste Like StrawberriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora