𝙅𝘼𝙆𝙀𝙃𝙊𝙊𝙉
- ¿Cómo vas con tus clases de japonés?
- No he aprendido nada.
- ¿Ni una sola palabra?
-...Pude que tal vez alguna.
- ¡Dímela ya Jake!
- Querido príncipe de hielo... aishiteru.
- Ojalá pudiera entender lo que dices.
Donde Sungh...
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— Ya me voy Hoonie. — sonreía Jake dejando un beso en la frente de su novio. — Hoy regreso temprano.
— Te esperaré Jakey, que te la pases bien. — acarició su cabeza Sunghoon. Era exactamente 24 de diciembre, Noche Buena no había tardado en llegar y con ello las famosas posadas.
Llevaban apenas unas tres semanas de noviazgo y aún así eran la pareja más envidiable entre todos sus amigos. El mes navideño estaba siendo un completo éxito para ellos, el frío les daba una excusa para estar pegados como chicle todos los días a todas horas y por si fuera poco la navidad le daba un toque especial a su casa.
Jake había sido invitado por sus buenos amigos Geonu, Hanbin y Daniel, a pesar de que el último era menor que él se adaptaba perfectamente al ambiente de los tres mayores.
Sunghoon fue corriendo hacia su teléfono que estaba cargándose en la mesa y llamó a su primo extranjero.
— ¿Hola? — lo saludó la gruesa voz de su puberto pariente.
— Riki, necesito que me ayudes con algo.
— Jake va bien con el japonés.
— Ya se me declaró — pudo escuchar como Ni-ki se ahogaba con algo a través de la línea.
— ¡Ya era hora! Le enseñé tanto y solo recordó "me gustas, te amo, buenas noches." Es un caso…
— Tú tienes muy buenos gustos musicales.
— Sí.
— Recomienda un canción para dedicarle en navidad.
— Winter Bear.
— Esa tiene una historia… — rió tímidamente recordando como habían bailado abrazados frente al arbolito compartiendo esa melodía. — Luego te la cuento, dime otra.
— Pues… Hay varias, pero si quieres una para Jake, podría ser…
Snow Flower.
¿Qué si conocía la historia detrás de esa canción, oh, por supuesto que la conocía.
Su querido primo se le había declarado con esa canción a su novio. Sí, su enfermo novio.
Sunoo era todo un tema del cual hablar, la encantaban las fechas navideñas pero no podía disfrutarlas tanto como quería por su asma, su asma que tantas veces lo había llevado a urgencias, su asma que había provocado que Ni-ki tuviera que llevarlo en brazos al hospital.
Pero a pesar de su miedo por los climas fríos había sido en la navidad de 2019 cuando habían aceptado dar un gran paso teniendo en cuenta sus jóvenes edades, un Ni-ki de 14 años y un Sunoo de 16 se veían tan felices y enamorados que todo el mundo se desvanecía en miel cuando los miraban.
