ogolópr. / prólogo.

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El oficial Jeon JungKook estaba algo reventado por los arrestos que conservaban día a día, aunque esos no eran los más trascendentales, ahora mismo tenía a Kim de ceja a ceja, restringiendo las calles de la ciudad para evitar por milésima vez su fuga

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El oficial Jeon JungKook estaba algo reventado por los arrestos que conservaban día a día, aunque esos no eran los más trascendentales, ahora mismo tenía a Kim de ceja a ceja, restringiendo las calles de la ciudad para evitar por milésima vez su fuga. Ahora sí que se encontraba de ida a la zona avisada, dónde el señor Kim se hallaba mercantilizando con Jung Hoseok, otro de la lista en los más buscados.

Sintió cómo su móvil pegó un vibrazo, dándole entender que la zona ya estaba más que rodeada, llevando consigo un M16, una de las armas más significantes para el profesional. Las carabinas eran infaltables desde un punto largo para aquellos oficiales que ahora mismo se hallaban escondido esperando la gran guerra.

Ésta vez, no pienses escapar, Kim. —habló el jefe Jeon entre murmurios, observando a los demás oficiales, guiando con su digito índice antes de adentrarse por la entrada. — escúchenme bien, Kim está adentro, detengamos primero a él, y los de atrás, irán por Jung, ¿se entendió? —levantó la voz, aquella que sonaba grave desde kilómetros suficientes para hacerlos oír a los demás oficiales. —

Y antes de la captura, el primer tiro fue escuchado por dentro, pescando al profesional JungKook sorprendido, incentivandose por sí mismo a entrar de una vez por todas, seguido de tres furgones monumentales, sí, el ejército tampoco quedó atrás, accionando al instante que Jeon se movilizó.

¡Kim TaeHyung! —gritó Jeon con frustración, olfateando el olor a humo impresionante en el ambiente luego de haber quebrado aquella puerta, oyendo cómo los cristalinos de vidrio lograron quebrarse también, dándole entender que el criminal estaba escapando. — ¡Deténganlo! —fue lo último que logró escucharse, siendo tarde por milésima vez, definitivamente se le había ido de las manos nuevamente, y estaba detestándose por eso. — jodida mierda, ¿qué hacen durmiendo, par de idiotas? Para qué carajos tienen un santo arma, sí no le van a dar utilidad.

Tantos militares, y oficiales para qué, para mierda pura, el humo seguía penetrante en su napia, pero de lejos se alcanzaba observar el cuerpo de: Jung Hoseok, el disparo del comienzo, fue la bala para el criminal de las primeras listas, y los demás hombres que lo resguardaban. TaeHyung sí que estaba bien oculto, además de protegido, le tenía los putos huevos explotados por éste hombre.

@osfgguk </3.

✧ hace tiempo quería sacar una historia de narcotraficantes, sin embargo, qué para hacerlo ahora, debido a varias series mexicanas que logré verlas.
recuerden apoyarlo, por favor.
los quiero.

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