¡Soy un Espantapájaros y el Señor Demonio del Terror!

Capítulo 115: La Marcha del Terror

"¡Ahhhh!"

Dentro del autobús de la muerte, el Escuadrón Black Hawk que estaba a punto de lanzar un ataque dejó escapar gritos estridentes.

Todos abrazaron sus cabezas, sus manos en sus cabezas, caras y cuerpos, rascándose locamente.

Rayas de sangre aparecieron en sus cuerpos. Parecían no tener dolor y seguían lastimándose a sí mismos.

"¿Qué está pasando? ¿Qué pasó?"

Edward, que había presenciado todo el proceso de principio a fin, miró la extraña y aterradora escena frente a él con horror.

No fue solo él. Los otros pasajeros que todavía estaban vivos también sintieron un escalofrío en sus espinas dorsales cuando vieron esta aterradora escena. Estaban extremadamente aterrorizados.

En este momento, los brazos de los tres magos no parecían pertenecerlos. Dieron la sensación de que el autobús de la muerte los estaba controlando.

¡Gotear!

La sangre cayó al suelo. Los tres magos ya se habían destrozado la piel y la carne.

Como iniciador de todo esto, Flandes se reía muy feliz.

"¡Jajajaja!"

Agitó el brazo y usó su enorme hoz para limpiar los brazos que estaban envueltos a su alrededor. El sonido de su risa era tan aterrador que llegó a los oídos de los otros pasajeros.

En este momento, los pasajeros del autobús no pudieron soportar la tortura de este miedo.

Algunos pasajeros podían oler el hedor de sus entrepiernas. Estaban tan asustados que no podían controlarse a sí mismos.

También había algunos pasajeros que estaban acostados en sus asientos, echando espuma en la boca. Ya se habían desmayada.

Ding, ding, ding, ding

Música agradable sonó desde el exterior y entró en el autobús.

Flandes volvió la cabeza. En este momento, el autobús de la muerte ya había entrado en el parque de atracciones.

La escena dentro del parque de diversiones seguía parpadeando frente a sus ojos, como una linterna andante.

Era hora de irse.

La inquietud en su corazón se hizo cada vez más fuerte. Flandes tomó una pronta decisión y abrió la puerta del Dominio. Luego, arrojó a los tres magos que estaba torturando al Dominio.

Después de hacer todo esto, Flandes no se fue rápidamente.

Solo se estaba preparando para irse.

Ahora que se había abierto la salida, naturalmente quería ver qué tipo de peligro le esperaba.

En su línea de visión, mientras el autobús conducía, todo el parque de diversiones parecía cobrar vida.

Sonó la música y el tiovivo comenzó a girar. No muy lejos, la enorme noria parpadeó con luces de neón y lentamente comenzó a girar.

La montaña rusa en la que nadie estaba se movió rápidamente en la vía del tren.

No muy lejos, un castillo sombrío y aterrador emitía una gran cantidad de niebla.

Uno podía escuchar vagamente algo susurrando desde adentro.

¡Dong! ¡Explosión!

En este momento, el sonido de gongs y tambores se podía escuchar desde no muy lejos. Todos miraron hacia la fuente del sonido y vieron un grupo de muñecas.