Kaji despertó cuando ya estaba anocheciendo, había dormido casi todo el día. Se sentía tan cómodo y protegido en aquel lugar que había bajado la guardia por completo. Bostezó, se destapó y se sentó, mirando a su alrededor, encontrando ropa nueva cuidadosamente doblada sobre la elegante silla blanca de madera que estaba al lado de la cama.
"¿Eh? ¿Y esto?". Tomó una nota que había sobre la ropa y lo leyó.
Pronto será la hora de cenar, dormilón, date una ducha, vístete con lo que te dejé y baja a cenar conmigo, te estaré esperando, mi destinado.
Kaji se sonrojó intensamente.
"¡Mierda! ¡Pero qué ridícula!".
Salió de la cama, dejando cuidadosamente la nota sobre la mesa de luz, tomó la bata de baño y entró al elegante y enorme cuarto de baño dispuesto a darse una buena ducha. Le hacía falta, mucha falta, aún podía sentir el repulsivo olor de Tendo por todo su cuerpo y se sentía muy sucio.
Ya desnudo, con la lluvia cayendo sobre él, alzó la cabeza y comenzó a llorar suavemente, sintiéndose muy agradecido por el trato generoso de aquella mujer alfa pero lleno de angustia por todo lo malo que le había pasado el día anterior.
Sin saberlo, Michiko estaba apoyada en la elegante puerta cerrada del cuarto de baño, pensando, muy seria, escuchando a su destinado sufrir.
Más tarde, vestido con una camisa azul y pantalones de tela negros de marca, Kaji bajó lentamente las escaleras alfombradas calzado con pantuflas azules, tomado del pasamanos, siempre a la defensiva, desconfiado.
Cuando llegó hasta abajo, no había nadie en el living hasta que apareció una doncella y se inclinó en modo de saludo, indicando con la mano hacia una puerta.
"Buenas noches, señor. Mi ama lo espera en el comedor".
"S-si. Gracias". Se inclinó ligeramente y entró al cuarto que le indicaba la joven, y encontró a Michiko sentada frente a una mesa no demasiado larga, con un mantel blanco muy elegante, con mucha comida y bebida, con platería y adornos costosos. La iluminación de los candelabros era tenue.
Tragó saliva, quedándose congelado. Daimon llevaba puesto un seductor y escotado vestido rojo con un elegante y revelador tajo en un costado de la falda, mostrando una de sus espectaculares piernas. También llevaba unos exagerados zapatos rojos de taco alto y una joyería elegante sin ser demasiado vistosa para una cena.
Bajo la cabeza, completamente apabullado por la belleza de aquella alfa.
"Oye, ya ven a sentarte. Me muero de hambre, ¿qué esperas?". Le dijo, sonriéndole con malicia.
"Si". Obedeció, sentándose frente a ella, instante en que otra de las doncellas se encargó de servirles la entrada que era una riquísima sopa de calabaza.
Toda la cena iba a ser acompañada por un vino blanco muy fino.
Antes de comenzar a comer, ambos dieron las gracias y tomaron la cuchara para disponerse a cenar. Mientras lo hacían, Michiko miraba a su invitado de cuando en cuando, viéndolo cenar muy concentrado en la sopa, completamente nervioso.
Luego les sirvieron el plato principal, que era un costoso y sabroso asado de carne de Kobe. Y al final, el postre fue helado con fruta. Kaji jamás había comido tanto de una sola vez en su vida, su dieta casi siempre había consistido en vasos de ramen instantáneo.
Michiko sonrió al notar que le había quedado crema a un costado de los labios de Kaji, así que se levantó y fue hacia él, inclinándose para tratar de tomarlo por el mentón. Kaji, asustado, instintivamente se inclinó hacia atrás, pestañeando muy nervioso, a la defensiva.
"¿Qué carajo...?".
"No temas, sólo quiero limpiarte la boca". Le sonrió, tomándolo del mentón e inclinándose sobre él, limpiándole la crema con el dedo índice de la otra mano.
El rostro hermoso de Michiko estaba a unos centímetros del de Kaji, que no paraba de pestañear, mirándola a los ojos, completamente eclipsado por aquella poderosa personalidad. Jamás en su vida se había sentido tan atraído hacia un alfa como en ese momento, lo que lo excitó pero le dio muchísimo miedo también. Aún así, sentía que estaba listo para entregarse a ella sin dudar, enrojeciendo hasta la coronilla.
"Tranquilo... No te haré daño...". Le dijo, sintiéndolo temblar, y acercó lentamente los labios a los de él hasta que logró besarlo con mucha ternura.
Asustado, Kaji colocó instintivamente su mano sobre el hombro desnudo de Michiko, queriendo apartarla, pero en un segundo su voluntad se quebró y le respondió el beso, cerrando los ojos, entregándose finalmente a ella, abrazándola por el cuello, sentado en su silla. La doncella, avergonzada, se fue de allí.
Pronto Michiko comenzó a comerle la boca, ansiosa por poseerlo, llevando la otra mano hacia su cadera, comenzando a acariciarlo de arriba hacia abajo. Kaji gemía bajo su boca, dejándose acariciar por ella. Realmente quería que ella lo tomara, estaba desesperado porque alguien lo amara de verdad.
Cuando finalmente ella apartó los labios de los de Kaji, él la miró suplicante, esperando más.
"¿Estás seguro de esto, mi destinado?".
"No lo sé...". Le dijo, muy asustado.
"No temas, nunca me atrevería a hacerte daño...". Acarició su mejilla, y sin que él se lo esperara, ella lo levantó estilo novia en un segundo. Sorprendido, Kaji se abrazó nuevamente a su cuello, mirándola a los ojos, lujurioso, deseando que ella lo tomara a pesar de sus dudas.
Sin decir nada más, Michiko salió del comedor y se dirigió hacia las escaleras con él en brazos.
"Pueden tomarse la semana libre". Les dijo a las dos únicas doncellas de la casa, que asintieron y se fueron de allí, felices por sus mini vacaciones obviamente pagadas y de que su ama iba a pasarla muy bien con aquel omega.
Kaji se estremeció al escuchar eso, parecía ser que ella planeaba pasar toda una semana intima con él, haciéndole el amor.
Cuando subió al primer piso, Michiko se dirigió muy decidida rumbo a su propio dormitorio. Kaji no dejaba de mirarla a la cara, atemorizado pero ansioso a la vez, dejándose llevar por primera vez en su vida, sin resistirse.
Una vez adentro, en un cuarto amplio y lleno de lujos femeninos, Michiko fue hasta la enorme cama y depositó suavemente en ella a su destinado, y él se quedó allí tendido, mirándola detenidamente, rojo como un tomate, emocionado pero muerto de miedo. Conmovida, Michiko acarició suavemente su mejilla, sentándose en la cama, a su lado.
"Si no fuera que por culpa de esos malditos, juraría que aún eres virgen al verte comportar así...".
"... Nunca me amaron de verdad, ni tampoco nunca sentí lo que estoy sintiendo ahora contigo... Es como si fuera mi primera vez...". Enmudeció, aquella alfa lo superaba y lo eclipsaba como nadie lo había hecho antes.
"Tranquilo, mi destinado, prometo ser muy buena contigo, es hora de que alguien te ame de verdad". Le sonrió dulcemente para tranquilizarlo mientras acariciaba su cabello para calmarlo.
"Gracias...". Una lágrima de agradecimiento se dejó caer por su mejilla, conmovido. Entonces ella se agachó sobre él y lo besó cariñosamente en la boca, agarrándolo por las mejillas, y él se dejó hacer, entregándose a ella por completo.
Michiko estaba fascinada con él, quería hacerlo todo suyo, hacerle el amor de mil maneras, y tendría toda una semana para hacérselo, empezando a ser muy suave para luego subir el ritmo hasta hacerlo gritar de dolor, como a ella le gustaba, sospechando que también a él le gustaría muchísimo...
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DOCTORA XXX MICHIKO DAIMON. OMEGAVERSE (Doctor-X/Doctor-Y)
FanfictionEl doctor Kaji Hideki ha luchado toda su vida contra su propio destino biológico y contra el destino impuesto por la sociedad sólo para poder convertirse en un súper doctor, el mago de la laparoscopía. Al ser un omega de 38 años, se le está pasando...