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Lunes, 3 de mayo de 2004

¡Qué raro! Siempre quedaban a esa hora, aunque tal vez tenía otra cosa que hacer y no le pudo decir antes que no vendría. Pero el niño se preocupó más al ver que a los días siguientes tampoco aparecía. Y después, pasaron semanas y meses, hasta años.

Él creyó que lo habían pillado al salir de su área. Claro, estaba prohibido que se juntaran. O tal vez lo habían sacado de ese «infierno» aunque no se sentía bien saber que no vino a por él para verle por una última vez.

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