Prólogo

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La noche oscura me aturde. Me siento sola. Nunca pensé sentir este inmenso vacío arrollarme aún cuando logré cumplir todas mis metas. Todo salió a la perfección, todo de acuerdo al plan... bueno, casi todo.

Tras quebrarme sobre las piezas armadas del rompecabezas, el dolor en mis venas se convirtió en ira y la ira en una ardiente sed de venganza. "La venganza es dulce"; eso es lo que siempre dicen, pero más bien, yo diría que es amarga. Es un veneno que te atrae y promete curar tu dolor, mas sólo te intoxica y extiende tu dolor a otros.

Mordí la manzana, me dejé conducir por la embriaguez del odio y fui construyendo un camino de sombras, adentrándome cada vez más en una red de mentiras, enojo desatado y calculados planes que según saciarían el hambre voraz que desencadenó el dolor.

Por años, sucumbí ante la furia y actué conforme a ella, pasando por desapercibido todo el daño que causaba con cada paso que daba por "venganza". Y sin notarlo, caí en un precipicio de frialdad; busqué dentro de mí e hice añicos cada indicio de debilidad, cada emoción que podría vencerme. Eliminé la parte frágil de mí y me dediqué a ser la "mejor versión". Me convencí a mi misma de que lo era: sin flaquezas, ni sentimientos, era invencible. Ya no quedaba rastro de lo que alguna vez fui, mi vieja yo, pues ella ya no servía para la venganza. Ella era débil, era ingenua y vivía en un mundo de rosas, algo que yo ya no sería jamás. Mi vida, y lo que hacía con ella, se resumía en mi extenuante propósito.

Creé mi propio ajedrez, cercando con cautela el tablero y acomodando cada pieza en su lugar correspondiente, para que, con algunas movidas de mi parte, mi victoria se culminara por fin. Todo estaba cuidadosamente preparado por y para mí; mi juego, mis reglas, mi venganza. Creí que ganaría... y así fue, he ganado. Ahora mismo, debería celebrar que, después de años de esfuerzo, salí victoriosa. Todo, casi todo, salió conforme a mi voluntad. He de admitir que hubieron contratiempos, pero todos, casi todos, los solucioné. Fue agotador, cómo no lo pueden imaginar, hice cosas y tomé decisiones duras, pero al final, todo, casi todo, resultó tal cuál lo planeé. ¿Cuál es el problema? Que ese "casi" se convirtió en mi todo. Todo, absolutamente todo, iba perfectamente bien. Creí ser imparable, creí tener el control de todo, creí ser la mejor versión, creí que aquel cliché del amor no me derrocaría... pero, como si fuera una jugada maestra del destino, él llegó, me movió el tablero y me puso en jaque. Sin embargo, no fue hasta ahora, que lo he ganado y, a la vez, lo he perdido todo, que me di cuenta que yo nunca fui imparable, nunca tuve el control de nada, nunca fui la mejor versión y nunca vencería al amor. No era, ni tenía, ninguna de esas cosas... hasta que él llegó. No fui imparable hasta que él me sostuvo entre sus brazos aquel día lluvioso, no tuve el control de nada hasta que él me besó y me pidió que me quedara, no fui mi mejor versión hasta que le dije "te amo" y no vencí al amor, porque él me rescató a mí. Aún así, tardé en armarme de valor y aceptarlo, tardé demasiado en reconocer mis errores y mi amor por él. Entonces, en un abrir y cerrar de ojos, todo el peso de mis acciones y de mi odio, cayó sobre mí en el instante que él me miró decepcionado y me dijo que se había equivocado al amarme.
Y es que de todas las acciones, de todos los secretos, los errores, de todas las traiciones y estrategias que tuve que ejecutar, de todas las crisis, de todo el jodido plan, lo más difícil fue perderlo.

Creí estar destruida, pero no puedes estar destruído sin antes estar completo y él me hizo sentirme completa. Él llegó y entonces lo entendí: No importa las piezas que muevas en el tablero, al final, el destino te cambia las jugadas, y todos caemos en el juego. El juego del amor.

Esta es mi historia, cuya base siempre fue la misma: un juego de parejas.

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He vuelto, mis queridos lectores 🥂. Fue una breve pero reconfortante pausa y ahora, estoy más preparada que nunca para volver. Gracias por su incondicional apoyo y buenos deseos. Que todo lo bueno se les regrese y se les multiplique. Les presento una nueva versión de Juego de Parejas, un poquito muy distinta a la anterior. Diferente enfoque y giros de trama, personajes más profundos y una historia llena de rosas y espinas. Les recomiendo que lean esta historia sin hacer mucha relación con su versión anterior, pues, les repito, cuentan con similitudes mas son muy distintas. Me llena el corazón el poder regresar y, esta vez, escribir con toda la pasión y dedicación. Eso sí, les pido un poco de tiempo y paciencia para poder escribir y subirles capítulos cada semana. Gracias eternas por estar y acompañarme en esta nueva etapa personal <3

Con cariño, para mi gente soñadora,

D. Valencia

P. D: Estas son mis palabras, espero encuentren en ellas una sonrisa, un sueño, sensaciones mágicas y un respiro del mundo.

Juego de ParejasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora