Capítulo 1

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*Hace 8 años*

Desde pequeño, siempre he admirado a ese azabache de ojos negros, su seguridad en sí mismo me hipnotiza y envidio su libertad de expresión. Siempre ha sido un chico que no temía lo que opinaran de él siendo hoy en día, abiertamente bisexual, no tiene ningún problema en decir lo que siente y su familia lo acepta tal cual es. Ojalá pudiera pasar lo mismo conmigo; "Mierda de maricón" decía mi padre cada vez que lo veía, nunca le dirigía la palabra e intentaba no cruzarse con él. "No quiero que estés cerca de él, es contagioso" me decía. No me importaba decirle al mundo lo que sentía, pero temía a familia, eran muy conservadores; machistas, racistas, clasistas y homofóbicos, como se enteraran mi sentencia estaba determinada. Todos en Roseville sabían la fama de mi padre y él debía de mantener cierto perfil. Los Russell somos la mafia más grande de este país, gobernamos prácticamente esta ciudad a nuestro antojo, no había nada que pasara en esta aquí que nosotros no nos enteráramos, mi padre pasaba mercancías sin ningún tipo de problema ya que tanto políticos como policías estaban comprados.

-Aiden... - Era tan guapo, con su chaqueta del equipo de futbol -Tierra llamando a Aiden... -Me hierve la sangre cuando no podemos demostrar nuestro amor por mi culpa -¡Aiden Russell!

-¡Mierda! ¿¡Qué!? -grité. Miré a mi mejor amigo, Jeremy Wiber, me miraba con el ceño fruncido con esos ojos azul intenso.

-Si sigues mirando a Dominic así le vas a desgastar la cara -dijo cruzándose de brazos.

Estábamos en el pasillo del instituto, y a unos cuantos pasos de nosotros se encontraba Dominic Williams, mi novio, con sus amigos del equipo de fútbol.

Debió haber escuchado nuestra conversación y más con el grito que pegué porque miró hacia nosotros, cosa que hizo sonrojarme a mas no poder y él lo notó porque me sonrió con picardía; quise devolverle la sonrisa, pero mis nervios me ganaron. Cogí el brazo de mi amigo y nos fuimos a la salida para ir ya a casa.

-¿Se verán hoy? -me pregunto.

-Si, hoy mi padre y mis hermanos no están, tienen una reunión de negocios, así que tengo la casa para mí solo... -me quede pensando un segundo -...y los sirvientes.

Al salir visualicé a mi chofer, James, esperándome para llevarnos a casa, siempre llevábamos a Jeremy, porque vive en un barrio peligroso a las afueras de la ciudad; hay bandas comandadas por mi padre y prefiero que sepan que estoy con él que es amigo de la familia y este protegido.

-Te recojo mañana -le dije antes de que cerrara la puerta del auto.

-Perfecto amigo mío -cerró la puerta del auto y James nos condujo hacia la salida del barrio.

Al pasar por una de las casas pude reconocer a los Dangers, hombres afroamericanos, altos y fornidos, despiadados, su fama no era buena, traficaban con personas, haciéndolos que fueran a un mundo inimaginable. A los varones los adiestraban para matar y a las mujeres las prostituían. Eran inmanejables para mi padre, no se metía con ellos ni ellos con mi padre. Al fin y al cabo, mi padre no los quería cerca por ser negros.

En cuestión de unos minutos llegamos a la gran mansión Russell, entré saludando a los empleados que estaban allí.

Fui al despacho de mi padre, que seguro estaba allí con sus cosas. Toque dos veces y no entre hasta que no escuche un "pasa". Al abrir la puerta lo encontré a él y a mi hermano mayor, Christian, haciendo papeleo. Christian es el primero, el mayor, el sucesor de mi padre.

-Hola, he llegado.

-Hola hijo, ¿todo bien? -preguntó sin apartar la vista de los papeles.

-Si, saqué un diez en el examen de física -sonreí orgulloso al recordar ese número marcado en rojo en el papel.

A Pesar De Todo. +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora