comienzo

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Espero que no tengas que sentir cómo todo se te vuelve a derrumbar a pesar de haber estado meses intentando construirlo. Os sorprenderá que esté aquí de nuevo, y lo cierto es que hasta me sorprende a mí.

Otra noche más que estoy sentada en la cama y esta vez sin saber que hacer de verdad. Esto de los confinamientos me está consumiendo, a pesar de poder salir ni si quiera sé dónde mierdas meterme a veces del aburrimiento que me traigo encima.

Llevo algo más de una semana intentando hacerme entrar en razón de que no he vuelto ahí. El lunes pasado, iba a ponerme a escribir algo que tenía pendiente en medio de una "breve pausa" antes de cambiar de asignatura que estudiar. Encendí el ordenador y me fui a la página por la que me había quedado la vez anterior porque creía estar totalmente inspirada, hasta que llegó el momento en el que de verdad tenía que escribir algo, lo que sea, dos palabras.

- Escribe al menos dos frases de mierda Elena; me repetí a mí misma dos o tres veces

Pero lo cierto era que no. Que no salía nada, así que con todo el dolor de mi corazón tuve que cerrar el portátil y seguir estudiando biología si no quería que la humillación fuera más fuerte que de costumbre. Estudié un poco hasta que mi madre hizo la cena y después de ello me fui a la cama. Me tumbé boca arriba y me quedé con la mente en blanco durante unos minutos hasta que el frío me aviso de que tenía que abrigarme, y la hora que marcaba mi móvil que tenía que irme a dormir.

El día siguiente en el instituto, pues bueno, supongo que es de imaginar. Como siempre, y con algún que otro examen que ni si quiera me acuerdo ya de que iba.

Llegué a casa y repetí la rutina de ponerme a estudiar a pesar de que últimamente me estuviera costando el triple concentrarme que de costumbre. Terminé y volví a encender el portátil para ver si había suerte esta vez, ya que ayer la fluidez no me acompañaba. Lo cierto es que aquel día tampoco. Volví a quedarme parada delante de aquella pantalla que esperaba tanto como yo que hiciera algo, que moviera algo para no tener que apagarse. Pasaron 10 minutos y mi cabeza seguía sin tener nada bueno que contar. Si se me ocurría algo, lo borraba porque pensaba que no era lo suficientemente bueno, o simplemente los pensamientos se iban a otra parte.

Volvió a pasar otro día, exactamente igual; y otro igual al anterior. Que para que os voy a decir nada si sabéis cómo son y mi vida tampoco es que tenga muchas cosas interesantes por contar. Pero lo cierto es que con el paso de los días me llamó la atención aquello de que las cosas estuvieran así. Me refiero a: ¿y eso de que no te concentras?, siempre tenía la costumbre de dar todo lo que pudiese en los estudios y soy muy autoexigente conmigo misma en ese sentido, aunque las apariencias engañen, supongo jejjejejj. Pero no sólo fue eso. Lo que hizo que me tirara horas en vela fue el hecho de que ni siquiera escribía. Todos los que me conocen saben que realmente escribir para mí, es una terapia bien para olvidarme de todo un rato o bien para contar mis penas. Siempre tenía algo en la cabeza, algo que contar. O tal vez no, tal vez no siempre era así.

Me pasaron por la cabeza tantos momentos, y tantas imágenes que hoy en día me duelen de nuevo. Recuerdo sin duda aquellos días de verano en los que me encontraba con esta misma sensación; o incluso cuando estaba a mitad del curso pasado. ¿Sabéis?, es complicado hablar sobre cosas que te hacen daño y que pueden hacérselo a las personas que te quieren. No penséis que por esto no hay que expresar como nos sentimos, porque si os soy sinceros yo perdí el miedo una vez a decir todo lo que me pasaba y no es malo. Sé que hay mucha gente, e incluso muchos de mis amigos que

Una de las cosas que recuerdo pensar es:

- Elena ya me jodería, me jodería de verdad.

Después de eso me dormí de nuevo esperando que todo fuera mejor.

Ya estábamos a viernes y tenía unas intenciones muy altas de ir a hablar con la orientadora aquella mañana, pero lo cierto es que no fui. Me repetí a mí misma que todo esto era un espejismo, que solo tenía que relajarme y me fui a casa. 

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