#4: ¿Quién es la cruel?

923 82 8
                                    

— Y

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Y... ¿A dónde iremos, Ryu? —cuestiona la castaña enarcando levemente la ceja aun afianzada en la mano de su novia. Yeji al costado de Ryujin era tan pequeña y muchas personas quedaban fascinadas ante la pareja, se juzgaban lindas y el típico cliché de una historia de la chica fuckgirl y una inocente bebé.

El caso era que Yeji solo lleva lo santurrona por fuera, bueno, también por dentro, digamos que en ciertas cosas.

Ryujin solo sonríe.

— ¿A una heladería primero o prefieres comprar dulces?—pregunta ella y Yeji aun aferrada a su mano, entrelaza más los dedos haciendo una mueca.

— ¿No puedo ambos? —la omega ruega abultando los labios al vislumbrar que Ryujin parece también pensarlo. 

— El helado prácticamente es dulce, Yeye — le dijo la alfa obligando a la más pequeña abrir los ojos gatunos teatralmente.

Yeji la mira indignada.

— ¡Qué dices! —chilla la omega parando en seco —, ¡el helado es dulce y frío, el dulce es solo dulce! —Ryujin iba a protestar, pero antes su novia la fulmina con la mirada.— ¡No he terminado, Shin!

La alfa siente tensar al ver a su novia tomar aire con las mejillas rojas mientras apretaba los puños, haciendo una rabieta.

—¡El helado es derretido y el dulce sólido! ¡El te puede dar gripe y el dulce n-

— Está bien iremos por ambos.

— Y como decía, mi alfa es muy linda —culmina regalándole una de sus sonrisas, y por milésima vez en su vida, Ryujin se deja seducir mientras se despedía de una de las chaquetas negras de cuero que vio el otro día por el centro comercial y decidió ahorrar para este.

Pero valdría la pena por tan solo lograr que Yeji levante sus comisuras de tal manera que demuestre solo felicidad.

Para ella se trataba de la mejor paga de todas.

Cuando una vez más deciden continuar el recorrido después del pequeño emblema, la menor se apega más al cuerpo de Ryujin buscando su aroma y relajándose ante el hecho, le fascinaba ese olor café que solo desprendía seguridad y protección. Yeji lo sentía embriagador, sentía a su alfa predestinada como esa figura de superheroína que, en vez de salvar al mundo, salvaba al suyo.

Suena un poco egoísta, pero a ella le encanta que las cosas sean así.

Le gusta ser la pequeña de Ryujin, aunque a veces llegue a exagerar con su comportamiento y el drama pegando en el.

soft sex ⋆ ryeji.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora