Canela

Capítulo 1

"Rayos de sol"

Puedo sentir como el frío toca mis mejillas, nariz y orejas, puedo sentir como mis manos se ponen cada vez más frías, por la temperatura de afuera.

Es noviembre, acabo de volver a nuestra ciudad, no estas tu pero es lindo recordar, caminar por las calles que en algún momento estuviste conmigo, cada risa y cada suspiro que teníamos juntos.

Que curioso me siento y ridícula me veo paseando por cada una de las calles, en especial en acalla heladería.

*Mensaje de Romina*

Volviste y no me lo mencionaste
¿Que te pasa?, ¿Dónde  estás?

Hola, buenas tardes, antes que
nada, apenas regrese.
¿Dónde  crees que estoy?

¿Estás en T'afi?

Si

Voy para allá, no te muevas, te conozco, solo espérame.

Me fui se aquí dos años y parece que nada a cambiado, el tiempo se detuvo en la ciudad, en mis amigos, en el aire, en la sensación  que es volver a sentir todo con tanta intensidad,  es igual a mis recuerdos, es como si nunca me hubiera ido, como si solo hubiera sido un día el que me fui.

Recorro con mi mano el stan de los libros uno por uno los que provoca quitar un poco de polvo entre ellos, que triste y solos se encuentran, tanta sabiduría en sus página que falta por descubrir y poder atesorar en mi memoria.

-

Dios que gusto es volverte a ver -digo Romina llegando a la librería.

-Hola Romi, ¿Qué  tal estás?

Romina solo me enredo en sus brazos en un enorme abrazo, después de no verla, me siento en casa, mi gran amiga de mi vida, es lo único que necesitaba volver a verla y poder platicar con ella, dejarla aquí, fue como dejar un pedazo de mi vida en esta ciudad.

-Esperaba tanto este reencuentro, el abrazarte, el que me cuentes, ¿Qué tal tu viaje?, ¿Te gustó?, ¿Lo olvidaste?.

Pude escuchar cada una de sus preguntas con tal emoción, solo que una de sus preguntas la digo un poco más apagada de voz, más apagada su sonrisa, sus ganas de saber cada respuesta eran notables, pero a pesar de todo, la respuesta de su última pregunta, sea cual sea no me creerá o quizás la ignore y me tenga que someter con interrogatorios para que le diga lo que quiere saber.

-¿Qué tal te a ido sin mi?, e estado bien, todo tranquilo ya sabes, lidiar con la gente, ser amable, posar para las fotos, reírme con chistes que ni entiendo y sobre todo comer mucho - dije lo más tranquila posible.

-Nada es lo mismo sin ti, ven tengo tantas cosas que contarte- tomo mi mano para poder sentarnos en nuestra mesa favorita.

Hemos visitado tantas veces T'afi que he perdido la cuenta, estuvimos aquí para celebrar nuestra salida en preparatoria, para festejar nuestras primeras citas, T'afi es la librería más reconocida de nutra cuidado ya que tiene un árbol muy grande dentro de ella y para poder disfrutar  de un ambiente tan bello y lleno de luz también es una cafetería, así que es un dos por uno en todos los sentidos.

-Por favor no ignores mis preguntas, sabes bien que respuesta me interesa.

-¿Sabes? No me fui por dos años para que el día que regresara me lo volvieras a recordar.

-Lo volví a ver, me pregunto por ti, le pregunta a todo mundo por ti, quiere saber si estás bien.

- Lo estaba antes de que llegaras y hablas de él.

Él  en mi mente solo está Él  ahora mismo.

-Se por lo que pasaste, por lo que pasaron los dos sufrieron, no solo tú  o él,  los dos, fueron cosas de los dos, no puedes evitarlo, no puedes ir, no otra vez, deja de escapar de las cosas y enfrentalo, a él, dilo que paso, dile como te rompió el corazón por más de mil veces, solo te alejaste Maya, solo desapareciste.

-No puedes juzgarme, no puedes juzgar mi manera de lidiar algo que yo no rompí, hice lo que tenía en mis manos, fue mi solución, quizás no la correcta pero lo hice, ¿Qué hizo él?, nada no hizo nada, solo refugiarse en los brazos de Lily y también de Marlene.

-Eras todo lo que tenia, te quería, eras como los rayos de sol después de la nieve, eras todo.

-No puedo más,  no puedo seguir escuchando todo lo que dices, tratando de protegerlo, entiendo es tu amigo, pero yo también lo era, me viste todo este siempre lidiando o tratando de sobrellevar  todo lo que ocasiono,  se que le dieras que me viste y que volví, si es así por favor dile que no me busque, que no estoy a su disposición.

Salí  de la cafetería  no podía seguir  escuchando cada oración de Romina como si todo fuera planeado, como si estuviéramos en un programa de televisión  en el que intentan reconciliar a las personas que llevan años peleados.