Alfombras de acículas y frondosas cúpulas de espeso follaje se cernían sobre nosotros a través de los laberínticos senderos de un bosque a oscuras. En un vano intento por calmar a mi acompañante, quien se quejaba de lo difícil y larga que se había tornado nuestra macabra excursión, comencé a exponerle el porque era buena idea adentrarnos una madrugada a mitad de semana en medio del bosque, cuando las nubes presagiaban claramente una búsqueda tormentosa. Si bien el hallazgo de la mitad de un cuerpo desmembrado, con un asesino acechando, podría no ser lo ideal para un lunes en la noche, la alternativa de una aburrida cesión de videojuegos ante la posible gloria, en parte sombría y en parte heroica, que alcanzaríamos esta noche, sería suficiente para levantar mi ánimo y ser la nueva comidilla del club de Judit por al menos tres semanas consecutivas, lo que sería sin duda una nueva marca personal.
Tenía que admitir que Scott era un muy buen amigo, es más, él era sin lugar a dudas uno de los mejores. Cuando lo llame hace un par de horas y no recibí respuesta alguna estuve a punto de darme por vencido y venir solo a mi pequeña aventura nocturna, pero fiel a mis principios no me rendí y tomé las llaves de mi hermoso sheep, para luego conducir todo el camino hasta su casa. Al verme atorado colgando boca abajo luego de un inútil intento por trepar a su ventana casi fui apaleado por mi mejor amigo al creerme un intruso desconocido. Era cierto que este no fue mi primer allanamiento de morada, pero la infracción no contaba cuando había pasado tanto tiempo en esa casa que tranquilamente me podían considerar parte de la decoración. Considerando la desagradable bienvenida, me hice un favor a mí mismo y tomé una nota mental para hacerme con una copia de las llaves de la casa, para que, al menos así, no volvieran a confundirme con una piñata humana.
Si bien la parte de infiltrarme en la casa de mi querido Scotty no funciono, no hay nada como un buen susto para llamar su atención. Luego de contarle sobre mi grotesco hallazgo mi amigo comenzó a replantearse nuestra amistad. Pero a pesar de todo, de esto se trataba nuestra relación. Un plan desopilante que tenía todas las probabilidades de salir mal y un par de muchachitos hambrientos de aventura y dispuestos a crear imposibles.
-No creo que esto sea buena idea- replica- No eres tú el que dice que el 60% de los asesinos regresan a la escena del crimen ¿Qué hacemos si el asesino aparece?- pregunta preocupado con la esperanza de hacerme entrar en razón y que al fin abandonemos esta absurda cruzada.
-No había pensado en eso- la esperanza brilla triunfal en su mirada- Mmm, entonces lo dejaremos a la suerte, corremos en direcciones opuestas y al que atrape le daremos una noble despedida- Sé que en momentos como estos él odia mi lengua ingeniosa así que lo consuelo con una sonrisa cómplice.
Un voto silencioso encabezaba nuestra procesión a través del desolado boscaje que rodea la extensa reserva de Beacon Hills. Nuestras oscilantes linternas, cortesía de la cochera de papá, alumbraban nuestro camino a medida que nos adentrábamos en el trémulo paisaje. Eran cerca de la medianoche, pero aún continuamos avanzando a medida que pequeños ruidos indiscretos se cuelan asoladores en la penumbra, acelerando nuestro palpito al límite de una trampa sin retorno; mientras sombras traga hombres se aferran a nuestros pies e intentan arrastrarnos a través de la oscuridad de la noche. Ramas rompiéndose a la distancia ponen nuestros nervios a flor de piel y la adrenalina burbujeando a punto de explotar. Puedo sentir la presencia imponente de un depredador acechando a nuestro alrededor, pero no es eso lo que más me inquieta, sino el no saber si mi perseguidor es humano o no. La forma astuta con la que cerca nuestro camino sugiere una inteligencia superior, pero los constantes jadeos y gruñidos animales sugieren otro tipo de naturaleza. Sin importar cuál sea la respuesta correcta es preciso afirmar que aquel que habita en las sombras es más monstruoso que cualquier ser que haya visto. La premonición de una terrible casería llega demasiado tarde en forma de un inquietante aullido. Scott y yo comenzamos a correr a toda prisa, pero no conseguimos mantenernos a distancia cuando fauces serpenteantes se afanan por darnos alcance y se cierran sobre mi compañero. Empujo a mi acompañante lejos del camino de nuestro cazador y me arrojo rápidamente al suelo, en un error de cálculo Scott termina rodando colina abajo y yo me agacho en el momento justo para evitar perder la cabeza, y ruedo para escapar del imponente monstruo que se abalanza sobre mí recibiendo así un profundo zarpazo en el brazo izquierdo. Me incorporo rápidamente y comienzo a alejarme con velocidad para guiar a esa cosa lejos de mi amigo. Corro hasta que mis pulmones arden y se contraen jadeantes en busca de oxígeno. Todo pasa cual borrón frente a mis ojos hasta que percibo un antiguo tocón y siento el tiempo ralentizarse mientras admiro su inmensidad que aparenta infinidad. No me doy cuenta en qué momento los faroles azules que me perseguían se tornan en luminosas antorchas, pero sí en cómo el roció se convierte en torrente a medida que esto sucede. Casi mágicamente veo surgir las brillantes linternas de la cuadrilla de peritaje a través del pinar. Los cansados policías se abalanzan ante la primera señal de movimiento que en medio de las densas cortinas de lluvia logran identificar los bravos sabuesos. Ante la airada bienvenida logro tranquilizar mi desbocada respiración para levantar las manos descolocado y jurar que simplemente se trataba de una sesión de entrenamiento estilo Rocky para entrar en ambiente para la nueva temporada. Después de todo ¿Quién no ama al equipo de lacrosse? En una de esas, un verdadero fanático me deja ir antes de que mi padre se entere de que anduve deambulando en medio de la noche por un bosque aterrador.
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магьосник : Brujo
RandomBeacon Hills, un extraño pueblo en medio del bosque, rodeado de silencios de ultra tumba y secretos que podrían llevarte a terminar dentro una. Stiles Stilinski un joven de 17 años que, a pesar de haber crecido en este pequeño paraje maldito y cono...