Sus cabellos burdeos eran imposibles de pasar de alto entre tanta nieve blanca. Sus pasos, pausados y tranquilos, quedaban grabados en el suelo dejando un camino de huellas detrás de el que él mismo hizo. Desde donde se encontraba, podía escuchar a la lejanía el ajetreo del pueblo, indicándole que pronto llegaría a su destino para empezar su primer día laborando en lo que le gustaba desde que era un niño.
La canasta de carbón en su espalda que de infante le parecía bastante pesada, ahora se sentía como una pluma. No se sorprendía, por supuesto; había pasado mucho tiempo desde aquello, y Tanjiro Kamado había cambiado. Ya no era más un niño.
Poco después de cumplir sus trece años de edad, se vio en la necesidad de dejar su pequeño trabajo para dedicarse a otra labor: cazar demonios. Fue hasta hace pocos meses que al fin pudo recuperarse de la última guerra contra ellos, que luego de muchas muertes y pérdidas llegó a su fin. Por ello, ahora que no tendría que arriesgar su vida todos los días como hacía antes, tenía la oportunidad de vivir de una forma relativamente tranquila. O al menos hacer el intento.
De imprevisto, un sentimiento de nostalgia se hizo presente en él. Observando a su alrededor la montaña, aquella en la que se había criado, pasando por los caminos que solía tomar para llegar al pueblo y recordando los pequeños detalles de los árboles que memorizó cuando pasaba por ahí todos los días. Se sentía, ciertamente, como si todo lo que sucedió en los últimos cuatro años no hubiese pasado. Como si fuese un niño de nuevo.
Pero no era así. Al volver a casa no volvería a ver a su familia riendo y recibiéndolo con abrazos, que era lo que más añoraba en esos tiempos luego de pasar gran parte del día fuera. Ahora, sólo estaban él, Nezuko y sus amigos.
Sacudió su cabeza buscando suprimir aquellos pensamientos tristes. A Tanjiro le gustaba pensar que sea donde sea que se encontrara su familia, estaban orgullosos de él y de su hermana y siempre estarían acompañándolo aunque no sea físicamente. Que le instaban a seguir adelante y ser feliz, así que intentaba serlo. Intentaría serlo de ahora en adelante.
—¡Tanjiro, aquí estás!
Sus pensamientos se vieron interrumpidos al escuchar la voz de Saburo llamarlo. El nombrado sonrió con amabilidad y se dirigió hasta su vecino mayor de edad.
—Buenos días, Saburo —saludó—. ¿Puedo ayudarte?
—No, la verdad que no. Sólo quería saludarte —negó, aunque luego se retractó—. Bueno, ahora que lo mencionas sí. ¿Te gustaría pasar a tomar algo?
Tanjiro lo miró con atención. La edad le estaba afectando un poco—. Ahora no puedo, será para otra. Voy camino al pueblo.
—¿Irás a vender carbón? —preguntó, a lo que el de cabellos burdeos asintió—. ¡Ah, entonces no importa! —hizo un ademán con su mano, restándole importancia al asunto—. No quiero quitarte más tiempo. Continúa.
—No te preocupes. ¿Qué necesitabas?
El mayor soltó un suspiro antes de empezar—. Verás... mi nieto vino a pasar unos pocos días acá conmigo. Es del sur, así que no está muy acostumbrado al clima tan frío ni tampoco conoce mucho. Iba a preguntarte si dejarías que te acompañe hasta llegar al pueblo porque el muy tonto no recuerda el camino. Como me lastimé el tobillo —dio un vistazo a su pie vendado—, no puedo movilizarme mucho y necesito recoger algo que me dejaron allá.
—Entiendo —Tanjiro comprendió la situación. Aún con su sonrisa plasmada en sus labios, asintió—. ¡Está bien por mí! Sólo debe recordar el camino puesto que no estoy seguro de la hora en la que volveré en caso de que desee volver temprano.
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𝗗𝗔𝗬𝗟𝗜𝗚𝗛𝗧 | Tanjiro Kamado
Фанфик❝No puedes apreciar éste escenario tú solo. Creo que necesitas hacerlo con una amiga, y ésa amiga puedo ser yo.❞ ➥ Kimetsu no Yaiba universe. ➥ Tanjiro Kamado x Fem!Oc. ➥ En proceso. © 𝘁𝘀𝘂𝘆𝗿𝗶𝘀 | 2021. No copias, ni adaptaciones.