"Ya no hay recuerdos de mi vida, ya no recuerdo ni quien soy"
El piso vibraba bajo sus pies, los autos avanzaban mientras él recorría la calle en sentido contrario al que ellos iban, seguramente era el destino diciéndole que se estaba equivocando, pero ya era muy tarde para ello. Él nunca había sido un hombre de arrepentimientos y sinceramente no iba a comenzar ahora.
Subió por las escaleras para darse más tiempo, quizá para tener el valor de salir huyendo, llamar y decir que había un tráfico de locos y que no iba a llegar, que mejor disfrutaran la noche juntos y que después volverían a salir, esta vez sin excusas tontas y quizá con el pelirrojo al lado.
Pero no lo hizo, continuó avanzando y subió los últimos peldaños para encontrarse con una entrada no tan atascada de gente queriendo entrar al lugar, avanzó firme y de inmediato el choque de calor de unas cuantas almas reunidas ahí dispuestas a pasar una noche increíble le dieron la bienvenida.El sitio era inmenso, y a pesar de ello le fue muy fácil encontrar a sus amigos ahí dentro, en una de las barras del lugar el pecoso y su novio se encontraban coqueteando como adolescentes que acaban de conocerse mientras disfrutaban de una bebida refrescante.
Eventualmente se acercó y los saludo, la cara de sus amigos pareció sorprendida, seguramente esperaban ver a su pareja ahí y que aquello sería algo así como una parranda juntos, cada quien con su pareja, una clase de cita doble, pero ello no fue así.
No mentía si decía que la idea le parecía realmente tentadora e inclusive podría decir que fantaseaba con ella, sin embargo algo siempre lo detenía y prefería no avanzar, decidió dejar que los tortolitos disfrutaran de su cita y avanzó hacía la terraza, a esa hora de la madrugada el lugar se había llenado exponencialmente a comparación de cuando él había llegado, llegar hasta el lugar le costó realmente trabajo y unos cuantos toques por aquí y por allá pero le dio igual.
Ordenó un whisky y se concentró en las luces lejanas de la ciudad que centelleaban desde este punto tan alto, sintió un ligero toque en su hombro y de inmediato supo de qué se trataba, había pasado tanto tiempo sin salir por ahí que había olvidado aquella rutina a la que estuvo mucho tiempo muy acostumbrado, un ligero toque por aquí y por allá, una invitación a tomar algo, algunas miradas y después de un rato se encontraría en el departamento del desconocido. Pero hoy no sería así, quizá nunca más volvería a ser así.
-- No vienes aquí muy seguido, ¿cierto?.-Vaya que era una de las técnicas más viejas y gastadas la que usó aquel sujeto, solo río un poco por la extraña rutina que alguna vez tuvo que soportar.
-- No creo que conozcas a todos los que vienen aquí ¿o sí?
-- Te sorprendería pequeño.- El extraño sonrió de medio lado pero al moreno no le hizo ninguna gracia y solo torció los ojos y continuó con su bebida.
-- No me has dicho tu nombre.-continuó aquel hombre.
-- Dudo que me lo hayas preguntado.
--Lo siento, pensé que te estaba molestando.
--Eso haces
--Así que solo en un bar, sin querer ser molestado con esa carita y esos ojos.
Ugh, lo que le faltaba, un imbécil tratando de hacerse el galán con él.
El tipo no era grotesco, era más bien de la complexión de Law sin embargo se notaba que mucho más fornido y quizá más pesado, pero ello no le sorprendía, eran casi de la altura así que no le intimida para nada.
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La vie en rose
Fanfiction¿Había alguna vez creído en el destino? Si , había tenido épocas de su vida en las que creyó en el karma o la brujería, pero el destino , sinceramente era algo que no le había pasado por la mente. ¿Es el destino aquella fuerza de atracciòn tan gr...