Nap of a star [KTH+JKK]

I can touch

Taehyung siempre deseó poder mojarse bajo la lluvia. Jungkook siempre tuvo calma en el agua.

Quizá por eso se entendían.

Porque siempre encontraban en el otro la paz que les faltaba.

Para Jungkook fue difícil, porque nunca creyó pertenecer a un lugar, o siquiera pertenecer a sí mismo, no después de todo lo que había pasado. Tenía recuerdos que llegaban en las noches, siempre en las noches de diciembre, cuando la nieve golpeaba con delicadeza el columpió del jardín trasero y eso hacía al fierro rechinar. Tan molesto como el sonido de las llantas contra el pavimento, la carretera lisa, las voces diciendo «¡cuidado!» Silencio que le hacía pensar, silencio que solo ahuyentaba con su cajita musical. Pero en el día, no tenía otro lugar donde ir, solo el agua.

«Raro, maldito raro» pensó Jungkook.

Y miró el techo sobre su rostro. La piscina era enorme, a Jungkook le gustaba dejar que su cuerpo flotará como las hojas de los árboles que caen sobre un charco, ligero, libre, tranquilo. Solo deseaba poder librarse de los recuerdos un poco. En el agua que abrigaba y cobijaba la cicatriz que tenía en el pecho, quizá por eso le gustaba. Porque era la única que no se burlaba.

Solo cuando estaba en el agua dejaba de ser la cajita sin corazón.

Y por ese instante, mientras su cuerpo flotaba con los brazos bien extendidos al costado, sintió que era Jungkook.

"¿Le digo a tu hermano que regrese por ti?" interrumpió Jhon, pasando la toalla por su húmedo cabello rubio y corto. El entrenamiento había terminado hace una hora. Jhon se detuvo en la orilla de la piscina y esperó que el menor respondiera, hasta mientras apretó los labios después de un estornudo ronco que hizo eco en todo el lugar.

"Me iré pronto".

Fue lo único que Jungkook dijo, no volteó la mirada, ni cambió su postura. En verdad no tenía la más mínima intención de irse. Era una suerte que Jhon tuviera buenos oídos, porque Jungkook apenas se dió ánimos por elevar la voz.

"Que sea pronto, eh" Jhon sonrió y salió de una vez. «Estás loco, te quedarás como una pasa».

Jungkook cerró los ojos. Y aunque el agua tenía cloro, demasiado. El aroma nunca le incómodo, no era de sus favoritos, pero sentía tranquilidad imaginando que era el abrazo dulce de su hermano. Por ese momento, mientras flotaba, sentía que sus brazos extendidos eran la razón por la cual se aferraba a la vida, sentía que muy dentro todavía tenía fuerza para estar de pie.

La puerta hizo eco de nuevo.

"¿Podrías dejarme?" suspiró Jungkook.

Y entonces decidió romper la estática sobre el agua. No era tan profundo, y Jungkook tenía buena estatura, un metro setenta y ocho, solo bastaba con estirar las piernas para que pudiera caminar sobre el fondo de la piscina con el agua llegando hasta más abajo del pecho.