—Hakuji-san no es tan malo, habla con él.
La pequeña de ojos rosados tomaba chocolate de a pequeños sorbos mientras hablaba con su amiga Uta.
—¿Y si me pega?
—Él nunca ha golpeado una mujer, te lo puedo prometer.
—¿Lo conoces?
—Una vez me metí cuando iba a golpear a Yoo-kun y de alguna manera me evitó y le dio un puñetazo a su propia mano. Además de haberlo dicho algunas veces.
—Pero a Ume-san...
—Shabana-san se ganó una patada por andar de metiche en problemas de su hermano, además no fue muy dura.
—Supongo...
—Solo será un agrade-, ah, llegó ¡Yoo-kun!
Uta se levanta de su mesa y tras una pequeña reverencia abandona la cafetería para ir con su novio, quien las saludaba desde fuera.
Koyuki queda sola y pensando en cómo dar las gracias.
[ · · · ]
Esa mañana había llovido como si no hubiese un mañana.
Muchos trenes se cancelaron y las calles poco más y se inundaban.
Era la primera vez en sus 17 años que Koyuki había visto una lluvia de tal magnitud.
Y toda la lluvia tuvo que pasarla bajo una pequeña estación de autobús, acompañada de un estudiante de su mismo colegio, pero de otro salón.
Un reconocido rompe-madres entre los delincuentes.
Cuenta la leyenda escolar que suprimió violentamente a la banda juvenil más grande del colegio en su primer día y en su primera semana no había nadie que se atreviera a retarlo, o siquiera hablarle.
Y Koyuki sufría mucho miedo de la gente fuerte.
Conocía que fuerza no era equivalente a mala persona, su padre lo demostraba, pero la presencia del joven hacía que nadie se acercara a esa parada de autobús.
Incluso vio a un hombre con cara de maleante, empapado y sin sombrilla, ver al estudiante a su lado y simplemente dar una vuelta e irse a otro sitio.
Pero Koyuki no podía hacerlo, él había llegado a tiempo con ella y mientras limpiaba su uniforme y arreglaba su pelo no cayó en cuenta que había un joven viéndola fijamente.
Cuando lo hizo solo pudo ver hacia afuera.
Ella le tenía miedo, mucho miedo.
Pero a diferencia de lo que ella creía, él nunca le habló. Solo la miraba en silencio.
Cuando la vio temblar le ofreció su abrigo que tenía guardado en el bolso, ella con algo de nervios lo aceptó.
Y había llevado ese abrigo hasta su casa, ya que terminó por no ir al colegio, y luego enfermó y tuvo que esperar el sábado y domingo para volver al colegio, lugar donde consiguió hablar con Uta, una conocida de Hakuji, para preguntar cómo era él.
Y eso nos lleva a la cafetería.
Ahora sola, Koyuki suspira.
No había logrado sacar mucha información, quizás tendría que enfrentarlo.
[ · · · ]
—¿Compro algo más?
—Solo con eso.
Su padre, con un delantal blanco le sonríe.
Ella se da la vuelta y camina hacia la puerta.
—Koyuki. Abrígate.
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Tranquila - HakuKoyu
FanfictionAunque Hakuji le daba miedo al inicio, la pequeña Koyuki debe tranquilizarse para entenderlo. Hakuji (Akaza) x Koyuki. Kimetsu no Yaiba de Koyoharu Gotouge.