Hace diez años
Universidad Decksheimer
Giovanni dibujó una línea negra, recta y firme, rayando la palabra maravilla.
El papel en el que estaba impreso el texto tenía grosor suficiente para que la tinta no pasara al otro lado, siempre que no presionara demasiado. Se detuvo a leer la página alterada, e hizo una mueca cuando se le clavó en la espalda una de las volutas de metal cerca de la cerca de hierro fundido de la Universidad Decksheimer.
La facultad se enorgullecía de su estilo, que era una mezcla de club campestre con mansión gótica, pero la reja trabada que rodeaba Decksheimer, si bien pretendía evocar tanto el carácter exclusivo de la universidad como su estética del viejo mundo, solo lograba dar una impresión pretenciosa y sofocante. A Giovanni le recordaba a una jaula elegante.
Cambió de posición y colocó el libro sobre su rodilla. Le llamó la atención el tamaño del ejemplar, mientras hacía girar el Sharpie sobre sus nudillos. Era un libro de autoayuda, el último de una saga de cinco, de los mundialmente conocidos doctores Lefévre. Los mismos que por esos días estaban en una gira internacional. Los mismos que, antes de llegar al reconocimiento por ser «gurús del empoderamiento», apenas habían reservado en sus agendas tan ocupadas el tiempo suficiente para concebir a Giovanni.
Volvió unas páginas atrás hasta encontrar el comienzo de su proyecto más reciente y se puso a leer. Por primera vez, no estaba tachando un libro de los Lefèvre solo por placer. No, esta vez era parte de sus estudios.
Giovanni no pudo contener una sonrisita. Sentía un inmenso orgullo al alterar así el trabajo de sus padres, al recortar los extensos capítulos sobre el empoderamiento hasta convertirlos en mensajes simples y de una eficacia perturbadora. Llevaba más de una década haciéndolo, desde que tenía diez años.
Era un trabajo minucioso pero satisfactorio; sin embargo, hasta la semana anterior nunca le había servido para nada tan útil como sumar puntos en la academia. Pero entonces, sin querer, había dejado su último proyecto en el salón de arte durante la hora de almuerzo (la Universidad Decksheimer tenía una materia de arte obligatoria, incluso para quienes estudiaban medicina u otras ciencias) y al regresar había encontrado a su profesor inspeccionándolo.
Supuso que lo reprendería, o que lo sermonearía por el precio cultural de mutilar la literatura, o quizá por el precio material del papel. Pero para sorpresa de Giovanni, el profesor había interpretado la destrucción literaria como arte.
Prácticamente le había dado la explicación, y había completado las ideas que le faltaban con palabras como expresión, identidad, arte encontrado o reformulación.
Giovanni se había limitado a asentir, y había ofrecido una palabra perfecta para completar la lista del profesor, y así como así, se había decidido el tema de su tesis de arte.
El marcador siseó al trazar otra línea, tachando varias oraciones en la mitad de la página. Se le estaba durmiendo la rodilla por el peso del libro. Si él hubiera necesitado autoayuda, habría buscado un libro simple y de menor volumen, alguno cuya forma representara lo que en verdad prometía. Pero tal vez algunas personas necesitaban algo más.
Tal vez había quienes recorrían los anaqueles en busca del libro más voluminoso, suponiendo que más páginas equivalían a más ayuda emocional o psicológica. Leyó superficialmente las palabras y esbozó una sonrisa al encontrar otro texto para rayar.
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Monstruos que juegan a ser humanos
Mystery / ThrillerDos estudiantes universitarios brillantes pero arrogantes que reconocían, el uno en el otro, la misma agudeza y la misma ambición. Uno escapa de la cárcel, decidido a encontrar a su antiguo amigo, con la ayuda de una muchachita cuyo carácter reserva...