Alcohol, multitud, música.
Personas gritando a mi lado mas yo no escucho más que un zumbido en mis oídos. Me esmero bailando con la espalda pegada al pecho de un desconocido <<ya es costumbre>>. Mis sentidos me fallan y el mareo no tarda en llegar. Mi razonamiento se quedó en la tercera botella junto con la mayor parte de mi ropa. Esto ya se vuelve un mal hábito.
Luces pestañean y nos movemos al ritmo de Poker Face. El desconocido no pierde tiempo, me besa el hombro descubierto mientras posa las manos en mi cintura.
—Déjame complacerte, preciosa—. Me susurra al oído, mordiéndome el lóbulo del mismo.Un leve asentimiento de mi parte, me voltea y alza mi cuerpo para dejar mis piernas rodeándole las caderas y mi pecho contra el suyo caminando a algún lugar de la disco que se convirtió en mi lugar más frecuentado últimamente. Lo beso con desespero a la vez que el baja por mi cuello chupando, mordiendo y lamiendo. Lo agarro del pelo y...
La música cesa de un momento a otro, los aplausos y gritos eufóricos se convirtieron en chillidos de miedo y las personas salen del lugar sin ver a atrás. El pánico se siente mientras yo busco el origen de este.
Y lo encuentro, su mirada fijada en mi, mandíbula tensa y acompañado de dos personas que no me molesto en reconocer.
El mareo se apodera de mi y un dolor en las sien se esparce dejándome aturdida mientras que quien me besaba hace cinco segundos se une a la multitud saliendo a velocidad de la luz.
Lo último que veo es a aquel sujeto recogiéndome del piso y moviéndome suavemente la cara para que reaccione, pero su rostro tan cerca del mío, su aroma extrañamente familiar en mis fosas nasales son todo lo que siento antes de desfallecer.
===== • ★ • =====
Fracciones de recuerdos azotan mi mente como diapositivas.
Despierto con un dolor punzante, boca seca, y con el cuerpo adolorido. Intento recordar que hice ayer, no se para que si siempre es lo mismo.
Una leve presión sobre mi abdomen, un aliento en mi cuello me activa la señal de alarma.
¡Mierda!
No puedo creer que haya tenido la osadía traer a alguien a mi casa, esa es una regla que me impongo a mi misma. Sin mucho apuro abro los ojos preparándome para inventar una excusa y sacar a el intruso y el encontrarme con la pequeña figura de mi hermana menor le devuelve el aire a mis pulmones.
Retiró su mano lentamente mientras me incorporo poco a poco, sintiéndome como un muerto andante.
Me lavo la cara buscando apagar mi somnolencia pero sigo con los ánimos en el piso, subo un poco la vista topándome con mi deplorable aspecto. Media luna bajo mis ojos, piel pálida y la tormenta de mis ojos transmiten cansancio.
Entro al baño y me preparo para empezar el día con una sonrisa fingida pero sonrisa en fin.
Ropa holgada y un poco de maquillaje me es suficiente para salir de aquel cuarto. Son las 9:10 am y ya está lloviendo.
Gracias por joderme la existencia desde temprano, mundo.
Me encamino a la cocina a la vez que cojo una manzana de la cesta tomando nota mental de que debo hacer compras ya que ni para eso sirve el matrimonio de mis padres.
Voy asimilando que hoy no podré caminar hacia la fuente de aburrimiento diaria al que algunos le llaman Universidad/Instituto. El Tesla X model 3 rojo fosforescente resalta entre la colección de mis padres. Conan Gray retumba en mis oídos mientras me adentro a Vancouver.
Aquel edificio grande y sofisticado se ciñe ante mí. Modificaciones hechas pasados los años que le dan un toque británico moderno.
Tantas caras deprimentes en un mismo lugar me ayudan a asimilar que hoy es el primer día del primer año en la universidad.
<<Otra vez>>
Ya extraño el verano.
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Destino o Casualidad
Romance"-Si el mundo nos separa pues nos largamos al inframundo pero juntos, siempre juntos ¿vale?" "Los polos opuestos se atraen" ¿Aquel dicho tan mencionado es real? Pues Taylor Morgan y Damen KingRow probarán aquella teoría. Un chico frio e introverti...