"-Si el mundo nos separa pues nos largamos al inframundo pero juntos, siempre juntos ¿vale?"
"Los polos opuestos se atraen"
¿Aquel dicho tan mencionado es real?
Pues Taylor Morgan y Damen KingRow probarán aquella teoría.
Un chico frio e introverti...
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Narrador: Desconocido.
Odio a la gente.
Okay, tal vez no a toda la gente.
Pero joder, ¿qué se supone que harías cuando se desmaya alguien con solo verte en el medio del salón?
Es que tenemos ese efecto en las chicas.
Ja, yah.
Volviendo al tema, tengo a una completa desconocida cargada, oh, pero eso no es lo peor.
Estoy solo.
¡ESTOY COMPLETAMENTE SOLO!
Todos se fueron desde que sonó el timbre, mientras que yo fui a buscar algo que mi hermano había dejado en su asiento.
Y puf, se desmaya.
¿Loco, verdad?
<<A menos que este muerta>>
¿Qué debería hacer?
Pues llevarla a la enfermería ¿no?
Donde mierda esta la enfermería.
De verdad la odio.
Al menos no pesa, en verdad no pesa nada. Esta demasiado delgada, mi hermanita pesa mucho más.
Salí del salón a ver si por arte de magia aún no estaban todos los hambrientos en la cafetería.
—Hola ehh... ¿Me podes decir donde está la enfermería?— Pregunté a una chica que iba corriendo por el pasillo hacia el comedor.
Esta se volteó y me examinó, bueno no a mi, si no a la hojitaen mis brazos. Frunció el ceño hasta que se volvió a fijar en mi.
—Eh si, por acá a la izquierda, luego hay una puerta negra grande al final del pasillo—. Me señaló con el índice un pasillo lateral el cual no sabía que existía.
Eso pasa cuando eres nuevo, estúpido.
—Gracias, pues.
—¿Nos conocemos? Siento que te he visto antes.
—No me jodas—. Murmuré por lo bajo, por su expresión no me oyó.— No, no creo, soy nuevo.
—Ah okay, pues te dejo—. Respondió, aunque no muy convencida.
Seguí las instrucciones de aquella chica y al llegar a esa gran puerta negra la abrí con mi espalda, ya que mis manos estaban ocupadas cargando a la desconocida.
Tenía una bajo sus rodillas y otra en su espalda baja, con su cabeza apoyada en mi torso.
La enfermería tenía las paredes grises, no era muy grande, tenía como cinco camillas con sábanas blancas en la izquierda, un pequeño escritorio a la derecha con libros y papeles por doquier, una laptop, algunos cuadros de reconocimientos colgados a la pared y unos cuantos asientos alineados a la pared de enfrente.
Una mujer con máximo 25 años se paró confundida del escritorio, hasta que vió a la chica en mis brazos y su expresión cambió rotundamente.
—Joder Taylor...— Susurró por lo bajo corriendo hacia la primera camilla, en esta levantó las sábanas y me hizo una seña para que la dejara ahí.
Me dió por ignorado mientras le chequeaba el pulso, presión y buscaba algunas pastillas en un cajón al lado de su escritorio.
—¿Qué demonios le pasó?— Preguntó segundos después.
Le expliqué como mágicamente había perdido el conocimiento.
Ella siguió haciendo algunas pruebas mientras que yo detallé a la llamada Taylor con más detenimiento.
Tenía el pelo castaño claro con ondas en las puntas y muy largo, me atrevo a decir que hasta su cintura, su tez tan clara que daba la impresión de no haber cogido nada de sol en su vida. Y de su cara resaltaban sus pómulos con un rosado perfecto. En verdad estaba delgada, aunque tenía ciertos atributos que no me atrevo a mencionar debido a su estado. Sus facciones eran finas, tenía rasgoslatinos. Labios carnosos aunque el de abajo más relleno que el de arriba y tenían un color entre rojo y rosado. Tenía un pequeño diamante en la nariz y como 4 piercings en la orejas. Un ligero rubor adornada sus mejillas, pestañas largas, cejas arregladas y sus ojos...
Qué de sus ojos si estaba desmayada.
—Eh, ¿chico?— Pregunta la enfermera pasando una de sus manos por mi cara.
—¿Eh?— Respondí moviendo la vista hacia ella. Al parecer había estado un buen rato viendo a la chica. En verdad era guapa.
—Te he dicho que ya te puedes ir.— Repitió algo cansada. Tenía ojeras en los ojos y un moño mal hecho, varios mechones rubios se salían.
—Oh si claro—. Dije, nervioso. — ¿Pero que tiene ella?— Pregunté sacando a relucir mi curiosidad.
—Bueno ella tiene muchas cosas, pero es información clasificada solo para sus supervisores y personas a cargo, por ello no te lo podría decir. Solo te dire que sufrió un desmayo por una alteración en su flujo de sangre, su respiración se debilitó a la par de sus piernas y perdió el conocimiento. En otras palabras vió algo que la paralizó o asusto, y su flujo de sangre y pulso se aceleró. Probablemente dure máximo 2 horas así, pero después todo está bien.
Entendí todo a la par.
—Oh, vale.
Espera...
¿Yo la asuste?
Fui lo último que vió antes de desplomarse.
¿Por qué la asuste? Tal vez me tiene miedo.
¿Cómo si soy nuevo?
¿Debería evitarla?
Fabuloso, ahora también provoco que se asusten.
Otro récord ¿eh?, me estoy superando.
Salí de la enfermería, no sin antes decirle a la doctora que volvería en el otro receso.