- Maná y Mazmorra.

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Noelle, quien estaba en el cuarto de los dormitorios estaba algo avergonzada.
Se preguntaba de los motivos de su actuar. Se estaba haciendo tarde, pronto iba a tener que cenar.
No quería verlo.

Digamos que, Noelle, hace unas horas se puso algo... emotiva.

Parque
16:39

Ella, al oír ese gracias de a poco comenzó a llorar. Las lágrimas cada vez caían más y, Asta no sabía que hacer.
¿Ella porqué lloraba?

- ¡G-gr-gra... - No podía terminar de hablar, sus palabras no se formaban.

Asta se quería acercar a consolarla, pero tenía miedo. De a poco, el joven fue entendiendo el llorar de la chica.
Lloraba por todo.
Por miedo, por felicidad. Miedo debido a lo que acababa de confrontar y felicidad del simple gracias. Cuando Asta estaba por acariciarle la cabeza ella salió corriendo de la vergüenza misma. Asta se quedó quieto, prefirió darle espacio a la chica y no incomodarla.

Dormitorios.
19:35

Noelle miraba la hora, en cinco minutos debía ir a cenar. Se acercó al espejo y se miró, se quería arreglar así no parecía que había llorado. Agarró un poco de base y la colocó debajo de sus ojos, para luego difuminarlo ocultando lo rojo en su piel. Tomó gotas para los ojos y se las colocó en ambos ojos, así se les quitaba lo hinchado.
Miró sus dos coletas, estaban bien pero se estaban cayendo. Agarró una coleta a inicios y dividió su cabello en dos, para tirarlo así ajustaba la coleta, hizo lo mismo con la otra. Nuevamente miró la hora, eran 41 iba llegando tarde.

Salió de su habitación sin llegar a correr, no se debía mostrar apurada. Realmente, mayoría iba saliendo a esta hora de los cuartos. Caminó lentamente, sosteniendo con fuerza los bordes de su ropa para salir. Varios tenían sus pijamas puestos pero, ella no estaba en planes de que todos la vean en pijama. Su prima, siempre estaba puntual así que no se la cruzó en el camino.
Su caminata cada vez se iba volviendo más lenta, estaba cabizbaja, no quería ver a todos socializar. Ella, estaba quedando como una antisocial rarita, pero no tenía idea de que eso iba a cambiar.
Alguien le tocó suavemente el hombro, volteó y se sorprendió a quien miró.

¡Heey! ¡Noelle! ¿Te encuentras mejor?

Era Asta.

Ah... Em... Sí.

No sabía que responder, mejor dicho no quería hacerlo. Al menos, ella, se sentía un poco feliz. Por primera vez, no debe de ir acompañada de Mimosa para no estar sola.
Sola.

Recordó que pese a todo, ella estaba sola.

Suspiró pesadamente, sabía que aunque Asta camine con ella no cambiaba que estaba sola. Noelle caminó lentamente, mientras que él trataba de adaptarse a la caminata de la chica.

Noelle, no quiero apurarte pero a este paso llegaremos tarde. - Habló nervioso el muchacho, quien no sabía cómo podía reaccionar la mujer.

¿Y? Puedes ir solo. No debes esperarme.

El tema es que quiero esperarte.

¿Noelle oyó bien? ¿El la quería esperar? Se mordió su labio inferior para evitar hacer una boba sonrisa. Mantuvo su gran póker face sin embargo, aceleró su paso para no perjudicar al contrario. Asta de a poco comprendía el actuar de ella, y entendía que no debía molestarse por sus reacciones.

Las penas de una chica de la realeza. - Astelle Donde viven las historias. Descúbrelo ahora