XXII

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El manto del chacra de Kurama lo envolvía por completo en su cuerpo. Era una sensación bastante agradable y cálida; una gran parte estaba asociada a la naturaleza mientras otra podía sentir las emociones de las personas. Parecía que estaba envuelto en llamas de un deidad que le daba el poder más puro del mundo, aunque eso fuera interrumpido por la molesta voz de Kurama.

—Mi poder es increíble ¿no? —habló Kurama en un gruñido.

—Así es Kurama, realmente se siente genial —dijo Naruto.

—Exacto, pero sería mejor si un puto niño no me lo hubiera arrebatado por su ambición —bramó Kurama.

—Deja de llorar —dijo con burla Naruto.

—Tu... estúpido mocoso de mierda, cuando vuelva mi poder te desgarraré tus intestinos y me los comeré cuando aún estés vivo.

Naruto lo ignoró mientras seguía en su camino junto a Killer Bee. Habían huido de la isla tortuga después de enterrarse de que la guerra había iniciado. Al parecer sus líderes les habían ocultado para que no pelearan en la guerra contra Madara. Por supuesto que esto los había cabreado, pero en el fondo pudieron entender que era a ellos los que Madara busca para su plan. Sus bijus y ellos mismos corrían peligro con tan solo estar al aire libre, pues nadie sabía si el ejército de Madara estaba allí fuera. Era una lucha de probabilidades en las que el caos reinaría por todo el lugar.

Los dos huyeron de su encuentro con Tsunade y A, pues ambos descubrieron que habían huido y fueron a recuperarlos. Después de que Naruto pudo sobrepasar la velocidad del Raikage, los dejó ir a la batalla. Naruto creó varios clones para que se repartieran entre los diversos campos de batalla mientras él iba a la zona del frente. Pero lo que no se esperaba fue encontrarse con los que supuestamente debían estar muertos.

Frente a Naruto y Bee estaba Itachi y Nagato. Los dos llevaban puestas unas batas color vino desgastadas. Sus escleróticas eran negras mientras su piel se fragmentaba en diversas grietas. El cabello de Nagato era de un color rojo pálido que iban a juego con sus cansados ojos. Itachi llevaba suelto su cabello negro mientras su sharingan relucía orgulloso en cada ojo. Los dos iban caminando apoyados uno en el otro. Después de algunos segundos notaron su presencia, y sin perder tiempo, los dos se lanzaron al ataque.

Entre los dos bandos intentaban descubrir la forma de sacar el control del Edo Tensei.

—Hay algún invocador en esta zona, es aquel que seguramente controla el Edo Tensei —dijo Itachi antes de lanzar un bola de juego a Bee.

—Probablemente Madara este con él, si es que no ya viene justo aquí para obtener a sus últimos dos objetivos —habló Nagato arriba de una de sus invocaciones gracias a su rinnegan.

El rinnegan, conocido por ser el mismo ojo del «Sabio de los Seis Senderos». Tiene grandes poderes de los cuales, se dividen en seis ramas. Cada una tiene el potencial letal de un shinobi nivel kage. Actualmente solo se sabía de dos hombres que lo poseían. El Sabio de los Seis Senderos y Nagato Uzumaki, aunque el actual Madara también posee uno después de quitárselo al cadáver de Nagato.

—¿No hay alguna manera de poder quitarle el control a ese tipo? —preguntó Naruto.

—Puede que conozca una forma, pero primero debo salir del control —murmuró Itachi.

—Ese imbécil no sabe lo que le espera, cuando lo encuentre lo golpeare hasta que muera —dijo en triste intento de rap Bee.

—Naruto, necesito que te quedes quieto por un momento —vociferó Itachi.

Antes de que Naruto pudiera responderle, sintió unas enormes ganas de vomitar. De su boca salió un cuervo negro con sus ojos disparejos. Uno de ellos era azul como los de Naruto. El Mangekyuo Sharingan de Itachi volvió a la vida mientras veía directamente a Naruto. Pronto el ojo rojo brotó del ojo derecho de Naruto. Sintió el ardor justo detrás de su ojo y este adquirió una forma rara. Parecía un shuriken de cuatro puntas que iban en sentido horario.

Te rescataré de la oscuridad | NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora